martes, 24 de abril de 2007

Un capricho de Parque (Madrid)


Se acerca el fin de semana y se busca huir de las ciudades… pero en muchas ocasiones no hace falta alejarse de ellas para disfrutar de cosas bellas… y eso pasa en Madrid donde es una delicia recorrer, en cualquier época del año, pero muy bonito en primavera,

el Parque del Capricho donde se cuenta que pintó Goya y murió de amor un duque de Osuna

Esta magnífica finca ya se describía en 1846 como, “una de las posesiones más hermosas y magníficas que hay en España y la única quizá que puede competir con los Reales Sitios”. Fue creada a finales del siglo XVIII, por el impulso de una mujer de gran personalidad, María Josefa Alfonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, casada con el IX duque de Osuna, Don Pedro de Alcántara Téllez de Girón.

En el Madrid de aquella época, dos mujeres de distinto temperamento, pero similar rango social, marcaban las pautas de la moda en sus brillantes tertulias, sus mecenazgos culturales y sus brillantes y envidiadas fiestas: la condesa-duquesa de Benavente y la duquesa de Alba. El pintor Don Francisco de Goya, fue amigo y protegido de ambas y las retrató con simpatía y familiaridad e hizo cuadros para decorar sus palacios y posesiones.

Traspasada su entrada, precedida de una hermosa alameda (que ha prestado su nombre al barrio que la alberga: la Alameda de Osuna), todo es una pura sorpresa… una Plaza llamada de los Emperadores,
nos conduce ante el Palacio de clásica fachada (aún no visitable)

y muy cerca del mismo, al final de un camino ascendente, vemos el precioso templete descubierto, de planta circular, con doce columnas rodeando la estatua en mármol del dios Baco. Siguiendo el canal, que recorrían engalanadas barcas en las espléndidas fiestas nocturnas que allí se celebraban,
llegamos al gran estanque con dos frondosas islas que emergen en su centro
y al bello embarcadero construido con cañas y con pinturas interiores.
De vez en cuando, vemos pequeñas ermitas y casitas, como de cuento, que se llaman de la Vieja, del Ermitaño,
y nos sorprende una columna a Saturno, o los restos de lo que fue Gran Casino o Salón de Baile...
Los sábados, domingos y festivos, durante todo el día existe la oportunidad de recorrer este parque que, efectivamente, es un verdadero “Capricho”. Se encuentra situado entre las Avenidas de Logroño y de la Alameda y está a cinco minutos de la estación de Metro de “El Capricho” en la línea 5 y el autobús 105, desde el Metro de Canillejas, son los transporte urbanos más acon­sejables.

Hay que agradecer, profundamente, a las Asociaciones de Vecinos de la zona, la lucha que mantuvieron para vencer la gran amenaza que se cernía sobre toda esta belleza, por la especulación del suelo, consiguiendo finalmente salvarla para todos los ciudadanos. El 12 de Diciembre de 1975 lo adquirió el Ayuntamiento de Madrid que lo restauró y abrió al público, aunque aún sigue el proceso de restauración y rehabilitación de este "Capricho".

domingo, 22 de abril de 2007

Sevilla (1ª parte)

He estado en Sevilla… y bien dice el dicho antiguo que “quien no conoce Sevilla no conoce maravilla”…


Entre otras muchas virtudes Sevilla tiene la de retener y amar su historia, así que cada dos por tres al viajero, que va atento y mirando con ojos curiosos, le salen al paso preciosos azulejos por las paredes que le cuentan historias… Y como muestra aquí van varias que evocan a Cervantes, tan vinculado a la ciudad…


sábado, 21 de abril de 2007

Sevilla (2ª parte)

Cervantes vivió en la ciudad de Sevilla de 1587 a 1600, y se impregnó de su grandeza pero también de la humana cara oscura de Sevilla… y ahora Sevilla le recuerda por todos sus rincones y ya no puedes visitar Sevilla sin unirla a su obra…¡Como se entendieron de bien Cervantes y Sevilla a pesar de todo lo que él penó por estas tierras!... Pero es que toda las circunstancias y la gente que allí conoció se colaron en sus libros y allí siguen viviendo para siempre…


Y emociona visitar lugares y saber que por allí estuvo Cervantes, observando…¡igual que nosotros!... Por ejemplo, la mención a la novela la “Española inglesa” enfrente del Monasterio de Santa Paula, nos lleva a la convicción de que él también oyó cantar a las monjas Jerónimas y se admiró de su Monasterio…

Igual que la protagonista, la bellísima Isabela que sólo hallaba consuelo y paz en Santa Paula donde estaba su prima, “la monja que mejor cantaba de Sevilla”, porque Isabela, mientras duró su pena, “jamás visitó el río, ni pasó a Triana, ni vio el común regocijo en la campo de Tablada ni en la Puerta de Jérez el día, si le hace claro, de san Sebastián”…

Y como el Monasterio se lo merece, estamos aquí mostrando algunas de sus bellezas, recomendando que si se visita Sevilla no se deje de conocer este rincón de paz, y de visitar su Museo, el primero de una clausura que se ha abierto en Sevilla, permitiéndonos contemplar sus maravillas, con obras de Alonso cano, Martínez Montañés...

Y tampoco se dejen de comprar las buenísima mermeladas que fabrican sus entrañables monjas…

En esta colorista fachada colaboró el célebre ceramista italiano Niculoso Pisano, que también realizó la lauda sepulcral de un enigmático personaje, de curiosa leyenda que contaremos cuando vayamos a la Iglesia de Santa Ana en Triana...

El Convento de Santa Paula se encuentra en la calle del mismo nombre. Cercano a la plaza y al Convento de Santa Isabel.



viernes, 20 de abril de 2007

Sevilla (3ª parte)

Y ya que hemos hecho mención a Triana, vamos a dar un paseo por este barrio cuyo nombre ha cruzado fronteras… creo que pocos barrios habrá tan nombrados en el mundo… lo cual no quiere decir que sea bien conocido por muchos de los que visitamos Sevilla.

El paseo lo iniciamos en la Puerta de Jérez y por el Paseo de Cristobal Colón nos admiramos de la Torre del Oro y nos asomamos al río Guadalquivir y vemos al fondo el Puente de Triana que, aunque oficialmente se llama de Isabel II, todos conocemos por el mucho más evocador nombre de Triana.


Así que entramos por él al barrio y empezamos a evocar sus recuerdos tan bellamente situados en las paredes de sus casas... y nos encontramos con personajes muy vinculados a Sevilla... como el torero Chicuelo

Y Antoñita Colomé


Y con el gran impulsor del folclore andaluz, Antonio Machado Alvarez, que firmaba sus escritos como Demófilo y fue padre de Manuel y Antonio Machado...¡nada menos!...Imprescindible para cualquier amante del flamenco leer su interesantísimo libro sobre el cante, con recopilación de estas coplas anónimas, de tanta hondura, por que se refieren a las ancestrales pasiones del ser humano: el amor, los celos, la muerte...

Él recorrió Andalucía recopilando estos cantos del pueblo, de la boca de sus mismos cantaores y cantaoras, llegando a recopilar más de 900 entre soleares, seguidillas, martinetes, serranas, polos, cañas etc.
Gracias a él podemos conocer estas coplas:

“¿Que quieres tú que yo tenga?

Que te busco y no te encuentro;

me ajoga la pena negra.”

“Diez años después de muerto

y de gusanos comío

letreros tendrán mis huesos

dicendo que t´he querío”.

“Yo he visto a un hombre viví

con más de cien puñalás,

y aluego lo ví morí

con una sola mirá.”





jueves, 19 de abril de 2007

Sevilla (4ª parte)


Y seguimos por el barrio deTriana, al que la alegría y buen hacer de sus habitantes han hecho olvidar que por allí anduvo, desde 1481, el muy terrible Santo Oficio y Tribunal de la Inquisición, que residió en su notable Castillo de Triana, también llamado de san Jorge que, por la época en que Cervantes andaba por Sevilla estaba en pleno apogeo y celebró (es una forma de decirlo) varios Autos públicos. No hay que olvidar que precisamente esteTribunal sevillano citó a declarar a la mismísima Teresa de Jesús en el invierno de 1576… En fin, que afortunadamente este castillo de Triana fue destruido y sobre él se alzó un Mercado de Abastos, el que está en la Plaza del Altozano, es decir, junto al río y el puente.


Tras pasear la calle Betis, pegada al río y cuyas vistas de Sevilla la convierten en una calle privilegiada, pasamos a su paralela, la de la Pureza, para ver la que llaman “la Catedral de Triana”, la iglesia de santa Ana, la primera iglesia cristiana de Sevilla mandada construir por Alfonso X el Sabio en 1280… en uno de sus altares está la virgen de la Victoria, ante la que rezaron los marineros de Elcano después de dar la vuelta al mundo y llegar a Sevilla… y justo a su lado está enterrado en el muro, y cubierto por una lápida de cerámica del famoso Niculoso Pisano, un misterioso personaje a quien llaman “el negro” al que han tenido que proteger con verja de hierro pues, corrió la leyenda de que, la mocita que da una patada en su cabeza, se casa rápido… También es leyenda que los niños que bautizan en la "Señá Sant´Ana" salen con buena voz para cantar flamenco.


Y en la misma calle, en la Capilla de los Marineros, podemos visitar a la Esperanza de Triana, la que se reparte con la Macarena, el fervor de los sevillanos y siguiendo en dirección a la isla de la Cartuja, cerca de la plaza de Chapina se llega a la Capilla del Patrocinio, donde está la impresionante talla del Cristo conocido como “El Cachorro”, del escultor Ruiz Gijón que, al parecer, se inspiró en la agonía de un gitano que acababan de asesinar y que él presenció.


miércoles, 18 de abril de 2007

Sevilla (5ª parte)


Cuando la virgen de la Esperanza de Triana cruzaba su puente se encontraba enseguida con los presos que le suplicaban la libertad… Este triste recuerdo ha sido embellecido con estos vistosos azulejos que descubrimos en la calle Pastor y Landero…


Tambien en la famosa, entre las famosas, calle de las Sierpes (que en su origen fue uno de los brazos del Guadalquivir) cuyo nombre la leyenda atribuye a una enorme serpiente que, oculta en sus alcantarillas, salía de noche a devorar niños, encontramos como Cervantes recordó varias veces este lugar y su tremenda Cárcel Real, que él tuvo la desgracia de “visitar” y donde dicen que “nació” el Quijote


A esta cárcel se la llamó “Universidad de la picardía” y “Sucursal del infierno”, en ella estuvieron presos, además de Cervantes, Mateo Alemán, los escultores Juan Bautista Vázquez y Alonso Cano…


Concretamente estaba en Sierpes esquina Francisco Bruna y allí se encuentran dos menciones a ella: una, que apenas se lee, en la que se recuerda la prisión de Cervantes y dice “aquí se engendró para asombro y delicia del mundo el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” y otra, un azulejo, reproducción de un cuadro de Gonzalo Bilbao evocándola, y que se puso cuando el Banco Hispano Americano ocupó este esquinazo.



martes, 17 de abril de 2007

Sevilla (6ª parte)


Pero dejemos los tribunales y las cárceles y vamos a encontrarnos con las evocaciones a la poesía y al romanticismo, que también de eso, y mucho, encuentras por Sevilla…

En los muros del precioso alcázar sevillano, donde vivieron sus amores Pedro I y María de Padilla, nacida ella en Sevilla y proclamada esposa y reina después de morir aquí (¡tan joven!) y donde también celebraron sus bodas los enamorados Carlos e Isabel, en una primaveral Sevilla (11 de marzo de 1526) que olería como ahora maravillosamente a azahar, dama de noche, nardos….descubrimos el recuerdo a un entrañable poeta sevillano, Luis Cernuda


del que también encontramos otra mención en uno de los edificios de la Universidad donde él empezó a estudiar Derecho en 1919 y donde fue alumno de Pedro Salinas…


Y para colmo de romanticismos…¿Qué mayor romanticismo que el de doña Inés y don Juan? … Si una obra de teatro y una ciudad están totalmente ligadas, son Don Juan Tenorio y Sevilla… y por si queda alguna duda, todos sabemos que Zorrilla lo que hizo fue transformar, por la magia del amor, otra famosa obra titulada “El burlador de Sevilla”… Todo son referencias a esta bruja ciudad en la universal obra…


hasta la Hosteria del Laurel encontramos en el corazón de otro Barrio sevillano que, como al de Triana, no le hace falta decir en que ciudad se encuentra: el Barrio de Santa Cruz (“¡Ay barrio de Santa Cruz, hay plaza de doña Elvira!” dice un romántico bolero…),

junto al Hospital de los Venerables… ¡pero que nombres tan bonitos tiene Sevilla!…


Como el de este inefable convento


Y como ese delicioso azulejo en los muros de una Escuela del barrio de Santa Cruz… que nos llena de dulzura


lunes, 16 de abril de 2007

Sevilla (7ª y última parte)


Este último viaje a Sevilla ha coincidido con la Semana Santa… ese íntimo fervor del interior de las iglesias que sale a la calle y las convierte en oración, en asombrosa convivencia ciudadana que comparte espacios ordenadamente y vibra a la vez sin diferencias generacionales… ¿Qué decir que no se haya dicho ya de las procesiones de la Semana Santa en Sevilla?...


Hay momentos especialmente emocionantes… Como las doloridas saetas a la salida de la procesión del Silencio en la “madrugá” del Viernes Santo…

O ver pasar al impresionante Cristo del Cachorro por la plaza del Altozano entrando en el Puente de Triana…

Y el Gran Poder a las cuatro de la mañana pasando delante de la Catedral…


Pero la que ha sido especialmente bella para mí ha sido la procesión de la virgen de la Aurora


y Cristo Resucitado, que salen de Santa Marina a las 4,45 de la madrugada del domingo de Pascua…

Además lucía en Sevilla un luminoso cielo azul, todas las campana de la Giralda repicaban a gloria, esplendorosas, y los momentos se convirtieron en únicos…


Así que, cuando te alejas, te llevas ya para siempre a Sevilla en el corazón....