miércoles, 30 de septiembre de 2020
Lugo y el Camino de Santiago (1)
Lugo en el Camino de Santiago (1)
Y Lugo fue la ciudad a la que nos dirigimos desde Madrid, en mayo del 2003, un grupo de amigos y senderistas "tranquilos", que pensamos hacer una parte del Camino de Santiago ya dentro de Galicia en varias etapas, aprovechando puentes de 3 o 4 días, pero durmiendo en un lugar fijo y bonito, donde regresar todas las noches en el autocar para descansar y también para conocer la ciudad.
El Camino de Santiago
El primer dia salimos tempranito de Madrid, desayunamos en Tordesillas y compramos pan del día para la comida campera que llevábamos. Luego nos adentramos en Galicia y la primera parada es en el pequeño y lindísimo pueblo de O´Cebreiro, en la comarca de Los Ancares Lucenses, y que es el primero de los pueblos gallegos del conocido como Camino de Santiago Francés. Está a 152 km. de Santiago
Una bonita visión del pueblo de O´Cebreiro y de su ermita de Santa María la Real (s. IX-X)
2º dia)
Por un rato, las "amenazas" de lluvia que desde hace días se pronosticaban, se cumplieron pero de una forma, digamos que encantadora: todos marchábamos sin estridencias (una norma fundamental de los senderistas) y percibíamos el ritmo de las gotas de lluvia que tecleaban sobre nuestras multicolores capas de plástico, y sobre el agua de los arroyos que cruzábamos pisando las sólidas piedras que los vadeaban….
miércoles, 16 de septiembre de 2020
Ávila y el escritor Enrique Larreta (2)
Ávila y el escritor Enrique Larreta (y 2)
La gloria de don Ramiro (Una vida en tiempos de Felipe segundo)
La acción principal de la novela se desarrolla en Ávila donde nace y vive Ramiro, su protagonista. Su abuelo don Iñigo de la Hoz, viudo, y su única hija Guiomar vinieron en 1570 desde Valsaín en Segovia a establecerse en Ávila, en una antigua casa familiar situada en una plazuela a pocos pasos de una de las nueve puertas de la muralla, conocida como de "la Malaventura" en recuerdo de una tragedia histórica que allí sucedió en el siglo XII.
Y aquí nació Ramiro un 21 de diciembre de 1570. Reinaba en España Felipe II... y en la ciudad de Ávila muy cerca de la muralla había una populosa moreria...
Una historia de ocultos dramas familiares, de vergonzosos secretos que se arrastran como pesadas cadenas y que a la vez están inmersos en un período muy oscuro de nuestra historia.
Enrique Larreta se sumergió no solo en los acontecimientos históricos de este siglo XVI, también lo hizo en los pequeños detalles y sobre todo me ha sorprendido en uno que enlaza con lo reflejado en el cuadro de las Meninas de Velázquez.
Aquí vemos a la pequeña infanta Margarita y a una de sus damiselas de honor o "menina", doña María de Sarmiento, que le ofrece al parecer agua en un búcaro o jarrita de barro.
Así lo hemos leído en muchos libros de Arte. Pero no parece muy elegante ofrecer agua a una infanta en una humilde jarrita de barro. Por eso hace poco me sorprendió en una visita guiada en el Museo otra explicación diferente... y que coincide con lo que leemos en el capítulo XXVIII del libro de Enrique Larreta:
Beatriz postrose por fin como extenuada sobre el almohadón de terciopelo, junto a Ramiro. Leocadia se le acercó de rodillas, ofreciéndola el chocolate en una jícara de oro.
No, tráeme un barro—la dijo Beatriz.
La criada ofreciole al punto, sobre una salvilla, los destrozos de un
búcaro de Méjico que acababa de romper. La niña cogió un casquillo de aquella tierra comestible y, llevándoselo a la boca, comenzó a devorarlo, haciéndolo rechinar entre sus dientes. Otras amigas la imitaron.
Al parecer fue esta una constumbre muy arraigada en el siglo XVI entre las damas para, entre otras cosas, conseguir una piel muy blanca.
Santa Teresa
Hay también en el libro varias referencias a Santa Teresa de la que la esposa de Larreta era muy devota y que fue el motivo de que, en su extenso viaje por Europa, Ávila fuese una de las ciudades elegidas.
En la novela Guiomar, la madre de Ramiro, irrumpe llorosa en su habitación un 6 de octubre de 1582 y le dice a su hijo : Conduéleme una nueva triste por demás. Ya no volveremos a ver a la Madre Teresa de Ahumada. Entró en el gozo del Señor, como una santa, antiyer en Alba de Tormes.
Precisamente fue aquí, en este convento de Carmelitas descalzas de Alba de Tormes, donde falleció tras 15 días de agonía el 4 de octubre de 1582, (que pasó a ser el 15 de octubre, por la implantación de la reforma gregoriana que modificó el calendario).
Un cadalso en la Plaza del Mercado Chico
Y en la segunda parte del libro, en el capítulo II se describe lo que sucedió en la ciudad un 17 de febrero del año de 1592. Como consecuencia de unos pasquines que en siete lugares de la ciudad habían aparecido contra la decisión del rey Felipe II de imponer una gran recaudación de millones en la ciudad, se llevaron a cabo varias detenciones incluídos clérigos y nobles. Las durisimas condenas a los implicados fueron inmediatas y aquí en Ávila, en el Mercado Chico, se instaló el cadalso para ejecutar a don Diego de Bracamonte, un noble que dió un gran ejemplo de dignidad ante muerte tan injusta e ignominiosa.
La plaza del Mercado Chico, la plaza mayor de Ávila, está situada en el centro de la ciudad, intramuros. Es una plaza rectangular con soportales en tres de sus lados con el Ayuntamiento en uno de ellos y enfrente la iglesia de San Juan Bautista.
Es impresionante la descripción del terrible suceso que el joven Ramiro presenció y que le llevó, tras acudir a la capilla de Mosén Rubí donde le llevaron a enterrar, a tomar la decisión de abandonar la ciudad.
Capilla de Mosén Rubí
Se dirigió entonces a Toledo, pero allí le esperaba otro funesto y vergonzoso acto: uno de los llamados Auto de Fé, en la Plaza de Zocodover.
Huyendo de tanto horror y de tantos tristes recuerdos viaja hasta Cádiz y allí embarca como soldado para el Perú. Aquella idea que tuvo de joven Enrique Larreta de escribir una novela sobre la vida de Santa Rosa de Lima y que nunca llevó a efecto, quedó de alguna forma aquí compensada pues desengañado de todo Ramiro conoce a Santa Rosa de Lima y a través de ella logra la ansiada paz.
El gran Bartolomé Murillo pintó a Santa Rosa de Lima, y podemos contemplar el cuadro en el Museo de Lázaro Galdeano
La Casa-Museo de Enrique Larreta en Buenos Aires
Su casa de estilo renacentista castellano, en el barrio residencial de Belgrano (Buenos Aires), es actualmente el Museo de Arte Español Enrique Larreta. Ubicada en la que fuera alguna vez zona de quintas de veraneo, tiene un jardín de alcázar andaluz, único en su estilo en esta capital. Dentro pueden apreciarse el mobiliario y las colecciones de obras y objetos de arte que testimonian su pasión por España.
En Madrid también hay una calle con su nombre
miércoles, 9 de septiembre de 2020
Ávila y el escritor Enrique Larreta
Ávila y el escritor Enrique Larreta
Cuando llegas a Ávila te faltan ojos para apreciar tanta belleza
y cuando entras en ella te das cuenta de que lo haces en una ciudad diferente y con muchas sorpresas que te atrapan.
Eso le sucedió a Enrique Rodriguez Larreta (Buenos Aires 1875-1961) cuando en 1902 realizó un largo viaje por Europa con su esposa, Josefina Anchorena, que estaba muy interesada en conocer Ávila, la ciudad donde nació Santa Teresa, y los diversos lugares de sus Fundaciones.
Este libro de Enrique Larreta contiene dos de sus obras: un poema dramático convertido en obra teatral, titulada "Santa Maria del Buen Aire", en la cual se representa, a través de numerosos personajes, la conquista del Río de la Plata en la expedición de don Pedro de Mendoza (Guadix, Granada, ca. 1499 – Océano Atlántico cerca de las islas Canarias, 23 de junio de 1537) en la que se llevó a cabo la primera y olvidada fundación de Buenos Aires.
Y también se incluyen unas íntimas Memorias, "Tiempos iluminados", que nos iluminan, y nunca mejor dicho, en 74 páginas, sobre como se gestó su gran identificación con España y muy concretamente con Ávila.
Empieza narrando como sus padres, uruguayos ambos y de muy importantes familias, tuvieron que refugiarse en 1871 por causas politicas en Buenos Aires, cuatro años antes de que él naciera.
Y nos cuenta que al ser un niño tímido y pensativo, su refugio preferido era el cuarto de la plancha y la costura, donde las criadas de la casa, casi todas españolas, le contaban cuentos y leyendas... y así las recuerda en los versos de un entrañable poema:
Que otros digan de escuelas y universidades.
Yo canto el cuarto aquel de plancha y de costura;
y sus buenas mujeres. !Galicia! !Extremadura!
(...) También las castellanas de grave catadura.
( ...)
¡Ay! ¡Qué cuentos aquéllos! Fablas de romería,
consejas de la lumbre. ¡Y qué linda manera
de nombrar cada cosa!¡Cuanta sabiduría
entre aquellos refajos! (...).
Cuando por fin le enviaron al Colegio, internado recio y áspero, según dice (aunque también reconoce su parte positiva) siguió siendo un niño tímido y solitario que siempre se agazapaba en los últimos bancos de la clase para pasar lo más desapercibido posible.
Pero Francisco Beazley, profesor de historia de Grecia y Roma, ante su sorpresa le distinguió entre todos los alumnos encomendándole preparar una conferencia sobre Atenas en tiempos de Pericles... Aquello, confiesa Larreta, hizo despertar de una vez mi soñoliento amor propio...y me puso de golpe ante el milagro helénico, el más fecundo y excitante para un pensamiento infantil.
Así se aficionó a investigar y a escribir y comenzó a preparar una novela desarrollada en Perú en torno de Santa Rosa de Lima. Más cuando a los veinte años dictaba una cátedra de Historia de la Edad Media y Moderna comprendió que:
ya había llegado a especializarme apasionadamente en el estudio de España y muy pronto la opulencia de su literatura y de sus crónicas hízome pensar en el provecho de trasladar toda mi fábula o por lo menos gran parte a la tierra de Cervantes.