miércoles, 30 de septiembre de 2020

Lugo y el Camino de Santiago (1)

 Lugo en el Camino de Santiago (1)

Después de evocar las murallas de Ávila, me viene a la memoria otra muralla que recorrí hace mucho tiempo en la ciudad de Lugo y busco las fotos en los albunes, de cuando aún  las hacíamos analógicas y con cuidado de  no hacer demasiadas para no quedarnos sin carretes. 

También recurro a los libros que siempre compro en los lugares que me dejan huella, y a los que siempre pienso volver con más tiempo y calma... Pero hay lugares a los que, pese al buen recuerdo,  nunca he regresado y uno de ellos es a la ciudad de Lugo.  

 
Y Lugo fue la ciudad a la que nos dirigimos desde Madrid, en mayo del 2003, un grupo de amigos y senderistas "tranquilos", que pensamos hacer una parte del Camino de Santiago ya dentro de Galicia en varias etapas, aprovechando puentes de 3 o 4 días, pero durmiendo en un lugar fijo y bonito, donde regresar todas las noches en el autocar para descansar y también para conocer la ciudad. 

 

Y ese lugar fue Lugo, todo un acierto.

  El Camino de Santiago

 El Camino de Santiago tiene identidad propia, desde tiempos remotos se peregrinaba a Roma o a  Jerusalén ...pero "se hacía el Camino de Santiago", y eso seguimos haciendo.

El primer dia salimos tempranito de Madrid, desayunamos en Tordesillas y compramos pan del día para la comida campera que llevábamos. Luego nos adentramos en Galicia y la primera parada es en el pequeño y lindísimo pueblo de O´Cebreiro, en la comarca de Los Ancares Lucenses, y que es el primero de los pueblos gallegos del conocido como Camino de Santiago Francés.  Está a 152 km. de Santiago

 
Una bonita visión del pueblo de O´Cebreiro y de su ermita de Santa María la Real  (s. IX-X)

 

 Por la tarde, y ya desde Sarria, iniciamos verdaderamente la marcha y de pronto pisamos un suelo que han recorrido millones de personas desde hace siglos en busca de algo, que para cada uno tenía un nombre y un significado, pero que indudablemente superaba y trascendía su propia pequeñez en la arriesgada empresa de recorrer miles de kilómetros en solitario, para finalmente llegar hasta una tumba remota. Ellos  han conseguido que el camino se llene de una energía que solo el que lo ha pisado con respeto puede percibir.


 

2º dia)

Ocho kilómetros recorremos el primer día, pero el siguiente ya es más largo y vamos sellando nuestras credenciales en los pequeños pueblos por los que pasamos. 

 


 Tras 13 Km. de marcha llegamos a Portomarín, con su espectacular iglesia y sus limpias calles empedradas a orillas del Miño. La alternativa de seguir andando cinco kilómetros más o visitar tranquilamente el pueblo se ofrece a todos. Esta es una sabia posibilidad pues no se trata de competir ni de agotarse, sino de vivir unos días muy gratos. 

 
Cuando en 1962 se construyó el embalse de Belesar, el pueblo de Portomarín se trasladó al vecino Monte do Cristo y, en un alarde de fuerza de voluntad y técnica, aquí se reconstruyeron algunos de los edificios más importantes, entre ellos la iglesia de San Nicolás (antes se llamó de San Juan ya que fue edificada por la Orden Hospitalaria de San Juan) Sus venerables piedras fueron numeradas y ensambladas de nuevo en su actual emplazamiento.

 Por un rato, las "amenazas" de lluvia que desde hace días se pronosticaban, se cumplieron pero de una forma, digamos que encantadora: todos marchábamos sin estridencias (una norma fundamental de los senderistas) y percibíamos el ritmo de las gotas de lluvia que tecleaban sobre nuestras multicolores capas de plástico, y sobre el agua de los arroyos que cruzábamos pisando las sólidas piedras que los vadeaban….

También hay que hacer constar que, cuando finalizada la jornada regresabamoa a Lugo, el espíritu se mantenía tan alto que la mayoría seguía haciendo un senderismo urbano por sus murallas, recorriendo los dos largos kilómetros de su perímetro.


 



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