viernes, 26 de noviembre de 2010

Recuerdos de España en México D.F.: Carlos IV

Al hablar de la estatua de Colón en el Paseo de Reforma en mi último comentario sobre los recuerdos de España en México, apuntaba que no fue éste el primer monumento que adornó la gran Avenida y qué, curiosamente, el que la inició también estaba relacionado con España...

En realidad el personaje en cuestión había nacido en Nápoles en 1748 y falleció en Roma en 1819...pero desde diciembre de 1788 a marzo de 1808 fue rey de España, con el nombre de Carlos IV. Un rey de mal recuerdo en nuestra historia cuyo carácter indolente, equivocadas políticas y vergonzoso comportamiento trajeron multitud de desgracias y muertes al dar lugar a la invasión de España por Napoleón con todas sus consecuencias...


La escultura fue encargada antes de estos hechos y colocada con todos los honores en el Zócalo, la emblemática plaza de la Ciudad de México en 1803, pero se retiró con el triunfo de la Independencia en 1821 y se llevó al claustro de la Universidad hasta que en 1852, siendo ya México una República se la ubicó al inicio del conocido como Paseo de Bucarelli que, años más tarde, se convertiría en uno de los tramos del Paso de Reforma. Y allí ha permanecido 127 años... hasta que en 1979 sufrió un nuevo y esperemos que definitivo traslado.

El motivo de seguir respetando esta escultura de un personaje que ya nada tenía que ver con México y que, quizá en otros lugares se hubiese incluso destruido, fue una lección de, nunca mejor dicho, "amor al arte", pues todos reconocieron se trataba de una monumental obra de un gran escultor que merecía conservarse.


Efectivamente el lograr hacer una escultura ecuestre toda ella en bronce
y de una sola pieza marcó un hito por ser la más grande (8 toneladas de peso) que se había efectuado hasta ese momento en América.

El escultor que llevó a cabo esta hazaña fue Manuel Tolsá que había nacido en Cádiz en 1791 y que llegó a México precedido de una consolidada y merecida fama como arquitecto y escultor. Además el trabajo de la fundición en bronce requiere no sólo ser experto escultor sino que también han de conocerse las complejas técnicas de la fundición a la cera perdida y dirigir un equipo de especialistas en el complejo proceso. Y todo eso lo supo hacer muy bien Manuel Tolsá.


Gracias a este respeto por la obra bien hecha el monumento ha permanecido expuesto en la ciudad, si bien desde siempre se le ha conocido no por el nombre del rey representado, sino como
"El caballito", quizá debido a la elegancia del animal que fue tomado de un modelo real.


Esta circunstancia ya se había dado dos siglos antes en España, pues el también extraordinario monumento ecuestre a Felipe IV, desde su colocación en 1642 en los jardines del palacio madrileño del Buen Retiro y luego en la actual Plaza de Oriente, se conocía no por el nombre del Rey sino como "El caballo de bronce"...


En 1979 las exigencias del tráfico del Paseo de la Reforma hicieron que desapareciera la pequeña glorieta donde se ubicaba "El caballito" y que éste fuera nuevamente trasladado a la cercana Plaza con el nombre de su creador: Manuel Tolsá, donde actualmente puede contemplarse cómodamente , con el fondo del magnífico edificio que alberga el Museo Nacional de Arte
En el mismo lugar que ocupaba en el Paseo de Reforma se ha instalado una moderna escultura de "El caballito" del escultor Sebastián que pone una simpática nota de color y es un guiño a la historia del Paseo.



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

3 comentarios:

Mercedes dijo...

Hola María Rosa, interesantísimo post, no solo por lo que describe, lugares de México, sino por lo que enseña. Tienes razón, toda una lección de respeto al arte.
Me gusta el "moderno" homenaje en el antiguo emplazamiento.
¡gracias!

Anónimo dijo...

Es verdad que es toda una lección, una obra tan valiosa merece su conservación y el lugar se ve estupendo. Andrés

MariaRosa dijo...

Mercedes a mi también me sorprendió este respeto a la obra de arte por encima de otras consideraciones y, efectivamente, el "caballito" moderno es muy simpático y alegre.
El lugar es muy bueno, como advierte Andrés, para poder disfrutar de la escultura y está oredeada de magníficos edificios