El Monasterio desde La Viorna |
Liébana es un maravilloso valle de Cantabria, en Picos de Europa, donde se encuentra el Monasterio de san Martín de Turieno, fundado, en época visigoda, en la falda del monte de La Viorna, por santo Toribio, cuyo nombre le fue posteriormente concedido.
En este monasterio está la Vera Cruz (el Lignum Crucis), al parecer la mayor reliquia que se conserva de la cruz de Cristo. La llegada de esta venerada reliquia al monasterio se atribuye a santo Toribio de Astorga, que en el siglo V la trajo desde Jerusalén.
Cuando el 16 de abril, fiesta de Santo Toribio, cae en domingo, se declara Año Santo Liebaniego. El útlimo se celebró en 2006 y el próximo lo será en 2017.
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En lo alto del Viorna, una Cruz señala el lugar desde el qué, según piadosa leyenda, Santo Toribio arrojó su báculo con la idea de que allí donde cayera se levantara un Monasterio... al que más tarde, naturalmente, se le dió su nombre como no podía ser menos..
En la paz de este valle rodeado de montañas, que goza de un microclima especial y en el recogimiento de este Monasterio es donde Beato (que es un nombre propio, el masculino de Beatriz) vivió como presbítero y más tarde abad y aquí escribió sus famosos Comentarios al Apocalipsis, conocidos posteriormente, en su honor, cómo "Los Beatos".
Se ignora la fecha exacta de su nacimiento y muerte, pero se sabe con certeza que en el último cuarto del s. VIII era ya un maduro autor de numerosos escritos que demostraban muy amplios conocimientos teológicos. Era una época muy complicada para la Iglesia en Hispania, dividida entre la sede Metropolitana de Toledo, ciudad gobernada por los musulmanes y este pequeño Monasterio asturiano, en un territorio liberado.
Ermita de san Miguel, espectacular mirador |
Entre Beato de Liébana, apoyado por el Papa y por Carlomagno, y Elipando, Arzobispo de Toledo, surgió una gran rivalidad, que dio lugar a una correspondencia muy dura, en la que Elipando decía "¿Cuándo se ha oído que los de Liébana vayan a enseñar a los de Toledo?"...Y Beato se identificaba con San Pedro, hombre rústico e ignorante pero que se adueñó de Roma y respondía: "Esta es nuestra fe, en la que creemos y oramos los hombres ignorantes ("rustici") y se lo enseñamos a los sabios"...
Puerta Santa que se abre sólo en el Año Jubilar |
Beato convirtió el monasterio de Liébana, con las armas de su fe y su saber, en el centro de atención y foco de un movimiento espiritual de resistencia y bandera de independencia frente a la iglesia “oficial” de la Metropolitana Toledo, con el Arzobispo Elipando a su cabeza...el cual terminó siendo condenado en sendos Concilios, convocados por Carlomagno, "por la ímpia y nefasta herejía de Elipando obispo de la sede toledana".
EL LIBRO DEL APOCALIPSIS
Cuando ya avanzaba el siglo VIII, hacia el 776, Beato de Liébana consigue acabar de hilvanar un larguísimo texto con comentarios del Apocalipsis de san Juan, obtenidos y transcritos de otros textos de autores muy diferentes, como reconoce él mismo al principio, con toda humildad. Y este dato además demuestra la gran Biblioteca que el Monasterio poseía.
Es en el capítulo 1 cuando san Juan recibe la orden de escribir todas las cosas que ha visto: "Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las 7 iglesias de Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tlatiura, Sardis, Filadelfia y Laodicea"
Puede verse la similitud de los 7 arcos con los del atrio de la iglesia de San Miguel de Escalada (León). Precisamente en este Monasterio mozárabe leonés es dónde se copió el Beato más antiguo conocido pues, según unos autores data del 926 (para otros como Camón Aznar del 958) y lo realizó el monje Magio o Magius, de ahí que se le conozca como Beato Magio. Desde 1919 se encuentra en la Biblioteca Morgan de New York.
Él no pudo imaginar que durante cinco siglos su trabajo llegara a ser objeto de copias continuas, ni que, trece siglos después, aún se conserven con todos los honores 27 copias, 24 de las cuales contienen miniaturas.
En el capítulo IX: "los ángeles tocan la 6ª trompeta y paraecen unos caballos cuyas cabezas eran como de leones y de sus bocas salían fuego y azufre...y los cuerpos desnudos y muertos flotan en el mar"
Los códices conocidos como “Beatos” son una de las grandes aportaciones de España al arte de Occidente. Según Umberto Eco: “las imágenes que los decoran dieron lugar a las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental”. Las miniaturas son expresionismo puro. Sus personajes se asombran de lo que ven con los ojos de su fe.. Por eso abren sus ojos con desmesura. Son unas imágenes fastuosas pero aterradoras, de colores violentos y dibujos extraños que estremecen y cautivan a todo aquel que los mira y que, una vez vistos, no puedes olvidar.
La incorporación al texto de estas riquísimas miniaturas son sin duda la clave de su conservación a través de los siglos, pues el abandono de la liturgia hispana y de la escritura visigoda nacional arrumbaron los libros litúrgicos aunque no tanto los que contenían miniaturas… Todo un despliegue de ilustraciones esplendorosas y abundantísimas, que se han convertido en piezas maestras del arte hispánico.
Los códices son libros, copiados a mano sobre pergamino, formados por hojas rectangulares dobladas por la mitad y metidas unas dentro de otras, cosidas por su doblez y cubiertas por tapas que solían ser de ricos materiales. Eran elaborados en el Scriptorium (taller de libros) de los monasterios, por los monjes, gente letrada y preparada para tal menester.
Estos soberbios códices se hallan dispersos en 8 países diferentes, protegidos en archivos y bibliotecas de Lisboa, New-york, París, Londres, Manchester, Roma, Turín, Berlín, Ciudad de México, más todos los que se conservan en España, aunque, lamentablemente, el manuscrito del propio Beato de Liébana, es decir, el que hubiera sido "el primer Beato" no se conserva…
El más antiguo de todos los códices conservados en España está en la Biblioteca Nacional, y data de la primera mitad del x, en escritura visigótica y proviene del Monasterio de San Millán de la Cogolla. Otro de los más antiguos es el del Archivo Histórico Nacional, del año 970, con escritura visigótica y en los márgenes algunas anotaciones en árabe. Su origen es el monasterio de San Salvador de Tábara en Zamora.
En este Monasterio se copiaron varios "Beatos", uno que lleva su nombre y otro el famosísimo que se encuentra en Girona (de 970) realizado por el monje Emeterio y la monja Ende; es el "Beato" con más ilustraciones y el único, que sepamos, en el que ha intervenido una mujer.
"Pájaro y serpiente", una de las bellísimas miniaturas de la monja Ende, en el "Beato" de Girona.Todos los críticos coinciden en que son las más ricas y originales.
El que es propiamente conocido como "Beato de Tábara", tiene la particularidad de que es el único en el cual el miniaturista, llamado Emeterio, relata en primera persona, cómo fue llamado al Monasterio de San Salvador de Tábara para terminar esta obra iniciada por su maestro Magio (a quién él califica de "archipintor"). Dice que Magio se vio forzado a interrumpir su trabajo el 13 de octubre de 968 y que murió diecisiete días más tarde.
Emeterio sigue contando que ha trabajado en el códice durante tres
meses, con la ayuda de Senior y dice la fecha de terminación: 27 de
julio de 970 y se duele de la dureza de la labor… Así que este Beato
tiene un folio ilustrado más, llamado "la torre de Tábara" (f. 167
v.) donde se ve el escritorio adosado a la torre, y en él a Emeterio y
Senior, escribiendo un texto que dice "ubi Emeterius presbiter
fatigatus…" en la habitación contigua otra figura (borrosa) prepara los
pergaminos; en la torre se ve a los campaneros.
La idea de Beato de fundir los Comentarios hechos al Apocalipsis en un solo texto y de qué, para más fijarlos en la memoria, se ilustraran, da nota de su inteligencia... en realidad se adelantó a su tiempo con la idea de qué "una imagen vale más que mil palabras".
Es de valorar el gran trabajo que realizaron los monjes en su agotadora tarea de copistas, con pocos medios en muchas ocasiones. Fue una labor anónima, pues salvo unas pocas excepciones no conservamos sus nombres pero merecen todos nuestros respetos…¿Y qué decir de los pintores que crearon este mundo alucinante en torno al Apocalipsis? También la mayoría son anónimos.
Es indudable que muchos pintores expresionistas han buscado fuentes de inspiración en estas pinturas, entre ellos Picasso.
Pero a mi, por ejemplo, siempre que veo el vital cuadro de La danza de Matisse, no puedo dejar de evocar los cuerpos desnudos de los muertos, flotando en una danza macabra en los dias del Juicio Final, que nos trasmitieron estos grandes miniaturistas.
Pero a mi, por ejemplo, siempre que veo el vital cuadro de La danza de Matisse, no puedo dejar de evocar los cuerpos desnudos de los muertos, flotando en una danza macabra en los dias del Juicio Final, que nos trasmitieron estos grandes miniaturistas.
BIBLIOGRAFÍA
YARZA LUACES, Joaquín. Beato de Liébana, manuscritos iluminados. Madrid 1998
GONZÁLEZ ECHEGARAY, J., VIVANCOS. Miguel, Comentarios al Apocalipsis, Beato de Liébana
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
4 comentarios:
Unos paisajes maravillosos y una nueva lección de historia y de arte. Siempre aprendo contigo ¡Gracias, María Rosa!
Leer a Mariarosa en la madrugada de un día lluvioso de otoño es un lujo y un relax para la mente. Una preciosa e ilustrativa página de historia, nuestra historia, aunque sea remota, que agradecemos.
Avellaneda
Efectivamente Mercedes los paisajes son fantásticos...y las miniaturas de los Beatos toda una lección. Yo tambièn aprendo mucho contigo.
Ya no es madrugadaAvellaneda pero yo tambièn veo llover desde mi ventana...e imagino cuantas lluvias y otoños acompañarían a los copistas y a los iluminadores mientras trabajaban en estos códices...que al cabo de tantos siglos nos siguen deslumbrando.
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