sábado, 23 de mayo de 2015

COLMENAR DE OREJA UN PUEBLO PARA NO OLVIDAR


 COLMENAR DE OREJA


Monumento a Alfonso XIII que le concedió el 
título de ciudad




















Colmenar de Oreja tan querido por Ulpiano Checa, en el sureste de la Comunidad de Madrid, se merece una tranquila y reposada visita...

Sus famosas tinajas para el vino y el aceite
 Está asentada en la comarca llamada de Las Vegas y desde tiempo de los romanos es famoso por sus olivos, viñas y miel (de ahí el nombre de "Colmenar") y por su piedra caliza que tanto ha sido utilizada ("...piedra enterrada bajo tus umbrales/ piedra en tus cuatro puntos cardinales/ que en mil arquitecturas se refleja...").  El nombre de Oreja le vino añadido por un fuerte castillo defensivo levantado por los árabes cerca de la antigua ciudad romana de Aurelia y que domina el valle del Tajo desde un acantilado próximo a Aranjuez. Aquí tuvo su primer convento la Orden de Santiago creada en 1170.

Foto de Castillo de Oreja (ruinas)
Ruinas Castillo de Oreja. Foto Nofahuer 
wikiloc.com
En el año 1139 fue reconquistada por Alfonso VII el cual otorgó el Fuero del Castillo de Oreja el 3 de noviembre de 1139. En 1171 Alfonso VIII concedió a la Orden de Santiago gran parte del término "con el castillo de Oreja y aldeas" una de las cuales era Colmenar. 











A partir de ese momento no dejó de crecer y ser favorecida por los sucesivos reyes. Enrique IV, hermanastro de Isabel la Católica, fijó su Corte aquí en Colmenar  y  existen numerosos documentos de ambos firmados y sellados en Colmenar de Oreja. Los sucesivos reyes de la Casa de Austria autorizaron obras que la fueron embelleciendo. En 1625 pasó de Señorío a Condado y se favorecieron las industrias de  extracción de la piedra, de la fabricación de tinajas, la elaboración  de esparto y de cererias, lo que unido a su extensa agricultura hizo que, hasta bien entrado el XIX, fuera el segundo municipio más poblado de Madrid. En 1922 Alfonso XIII le concedió el título de ciudad por sus muchos méritos y "la prosperidad de su industria y la pujanza de su agricultura".

 

































Quizá su proximidad a los monumentales Chinchón (al norte) y Aranjuez (al oeste) hace que Colmenar de Oreja quede un poco relegado en las rutas turísticas, pero en cuanto lo recorramos tranquilamente veremos su indudable encanto e interés que le ha hecho merecedor de ser nombrado Bien de Interés Cultural (BIC) en diciembre de 2013.

 
Su soportalada plaza Mayor es de las mejores de la Comunidad y en ella se han rodado escenas de películas y series, como Sangre y arena, La Regenta, Águila roja o Cuéntame... 



 Además tiene la curiosa particularidad de que un túnel, que puede recorrerse andando, pasa bajo ella ya que allí existía un barranco con un arroyo que separaba el centro de la villa de su arrabal. En el siglo XVIII se realizó esta obra que permitió unir los dos barrios y crear la plaza Mayor


Túnel y Puerta del Zacatín


Fuente y jardines del Zacatín

 Desde los jardines ya apreciamos la poderosa imagen de la iglesia






En la Plaza Mayor lugar de encuentros y fiestas




 La primitiva iglesia fue levantada por la Orden de Santiago en el siglo XIII y fue muy ampliada durante la segunda mitad del XVI. Destaca su torre de cuatro cuerpos de piedra de Colmenar con un capitel de pizarra de 1932 que sustituyó al que fue destruido por un gran incendio en 1886. Tiene 62 metros (40 la propia torre y 22 el capitel) El campanario aloja 8 campanas...todas con sus nombres propios: Cinganillo, Agustina, Santa María la Mayor, María, Soledad, Pilarica, Teatrera y Amparo.




 La torre y la fachada son indudablemente de estilo herreriano y se atribuyen a Juan de Herrera.


En su interior, a cada lado del retablo dos cuadros de Ulpiano Checa con la Anunciación y la Presentación de la Virgen en el Templo y un san Cristobal a los pies









Pero aún queda por visitar su teatro muncipal
construido sobre el antiguo Hospital de la Caridad













 Otro de sus alicientes es visitar el Monasterio de la Encarnación y, muy especialmente, caminar el bonito paseo que parte de la plaza Mayor, hasta la Ermita del Cristo del Humilladero y ver, desde allí, la panorámica del pueblo al atardecer... En definitiva un pueblo para no olvidar


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons





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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más. La capacidad de búsqueda de Mariarosa no cesa. Y nos va descubriendo, a pinceladas, la riqueza cultural y arquitectónica de este Madrid que nunca se acaba de conocer. Lástima que el monstruo enorme de la capital (hermanosa en sí misma) se trague tanta belleza rural.
Enhorabuena una vez más y gracias por tan hermoso regalo.

MariaRosa dijo...

Madrid capital está rodeada de lugares bellísimos en su propia Comunidad para recorrer pausadamente...pueblos y parajes con toda su historia y su belleza paisajística que efectivamente como tú dices Avellaneda no conocemos como se merecen...Pero todo es proponérselo y dedicarles al menos un día...ahora que son tan largos y tan bonitos.
Gracias por tu amable comentario