Cuando salimos de la Casa-Museo de Unamuno nos dirigimos a la calle Bordadores donde se encuentra la casa que ocupó junto a su familia cuando tuvieron que abandonar la Casa-Rectoral, al ser destituído de su cargo de Rector de la Universidad por causa de sus ideas políticas, tal y como nos han explicado en la visita guiada.
Para llegar hasta la citada calle pasamos, como pasaría siempre don Miguel, por delante de la magnífica y siempre asombrosa fachada de la Universidad
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
Impresiona pensar cuanta sabiduria, conocimiento, arte e inteligencia se han juntado a lo largo de los siglos en esta ciudad y en el entorno de su Universidad.
Y nos situamos frente a la Casa de las Conchas
desde cuyo claustro alto nos parecerá poder tocar las poderosas torres de la Iglesia de la Clerecía, de la Compañía de Jesús, que tiene enfrente
y que da nombre a la calle (de la Compañía)
que nos conducirá directamente a la de Bordadores
para ver la casa donde (en régimen de alquiler) vivió toda la familia y él, salvo en sus obligados exilios, y donde murió su esposa en 1934 y él siguió viviendo, hundido por su pérdida, con una de sus hijas, hasta que murió en ella el 31 de diciembre de 1936.
En esta casa vivió y murió Miguel de Unamuno y Jugo.
A mi Salamanca
Del corazón en las hondura guardo
tu alma robusta; cuando yo me muera
guarda, dorada Salamanca mia,
tú mi recuerdo.
Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama
con tu leguaje, de lo eterno heraldo,
dí tú que he sido.
Y allí, frente a la casa, en un lugar muy adecuado, se alza el monumento que levantó en 1968 el gran escultor Pablo Serrano (Crivillén, Teruel 1908-Madrid 1985)
y de la que se hizo eco Unamuno en otra estrofa de su poema "Mi Salamanca"
La apacibilidad de tu vivienda
gustó, andariego soñador, Cervantes,
la voluntad le enhechizaste y quiso
volver a verte.
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2 comentarios:
Salmantina de nacimiento aunque no vivo en esa maravillosa ciudad me ha emocionado ver el cálido homenaje que la estás haciendo a través de la figura de Unamuno. María del Prado
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