Interrumpo mis comentarios sobre Alcalá de Henares para contar mi paseo de esta mañana por Madrid visitando a las vacas con las que tanto me he encariñado... y a las que siguen haciendo daño, un daño incomprensible e indigno en una ciudad que se precie... Por eso me ha parecido una buena idea, una idea tan simpática como la de traerlas a Madrid, que se haya montado un "Hospital de vacas" y que se haya hecho justo en el Hospital del Niño Jesús donde se atiende a tantos niños que así pueden disfrutar de su presencia y ver como las restauran... Es una forma inteligente de compensar el vandalismo de algunos
Estas son las que están siendo "tratadas" (pinchar para ampliar)
Y las que están en "lista de espera"
Hoy, pese a lo que dice una de las vacas situada en el Paseo de Recoletos, junto a la estatua de don Ramón María del Valle Inclán, no es aún primavera y hacía mucho frío pero ellas animan todos los lugares donde están situadas...
Frente a la Puerta de Alcalá
Y a las puertas del Retiro
Donde precisamente esta mañana yacía hoy la compañera de la anterior que será llevada enseguida al Hospital...Una imagen vale más que mil palabras
Por el Paseo de Recoletos entretienen a los paseantes
Y también están frente a la Biblioteca Nacional
En la Cuesta Moyano alegran la vista
Y en la Gran Vía
Y por la calle de Alcalá
Dan una nota de simpática alegría que no debería ser nunca agredida
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
3 comentarios:
Soy una incondicional de tu blog. Acabo de abrirlo y estaba leyendo lo de Alcalá de henares que me ha encantado y que desgraciadamente no conozco, cuando ha entrado esta otra hoja de las vaquitas...¡¡eres una estupenda cronista de la villa!!
Elena
La verdad es que, conectando con el comentario anterior, no estaría de más que el alcalde te nombrara Cronista de la Villa. Otros con menos méritos que tú lo han conseguido. Los que seguimos tus cónicas nos hemos acostumbrado a VER Madrid y otras partes de España con tus ojos. Y siempre encontramos cosas nuevas, matices diferentes.
Muchas gacias. Avellaneda.
Las vacas en el Hospital del Niño Jesús, y nosotros sueltos por la calle. A veces pienso.. ¿dónde están los verdaderos animales?. Ellas, las vacas, ahí, en su "sestil", y nosotros como bestias en las horas punta del Metro o asfixiados por los humos de la EMT. Somos incorregibles, empezando por el "corregidor". Debería éste darnos ejemplo, congelando sus salarios, ajustando el gasto, y como en la empresa privada: optimizar plantillas con mileuristas competitivos y productivos.
Como bien dicen otros lectores de este ameno Blog, felicidades a su autora. Su testimonio es fresco, auténtico y de agradecer.
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