Así era Atocha aproximadamente hacia la mitad del s. XVIII y lo vemos gracias a los pinceles de Antonio Joli, un pintor italiano nacido en Módena en 1700 y fallecido en Nápoles en 1777, que vino a España para pintar en el teatro del Palacio del Buen Retiro y nos dejó algunos bellos cuadros de Madrid. Aquí se ve la puerta de Atocha con un lienzo de la muralla, el camino de Ronda y el inicio del llamado Prado Viejo...
Ahora La Glorieta de Atocha es el gran espacio en el que concluye el eje formado por el Paseo de la Castellana, Recoletos y el Prado que atraviesa la ciudad de norte a sur, y aquí, en la Glorieta, reparte la circulación entre la calle Atocha, la Ronda de Atocha, los Paseos de Santa María de la Cabeza y Delicias, la calle de Méndez Alvaro y el Paseo de la Infanta Isabel por donde he llegado yo en mi reposado paseo...
Esta era la primera visión de la ciudad que tenían todos los viajeros que llegaban a la Estación del Mediodía a partir de la inauguración del ferrocarril
Fotografía tomada hacia 1920
Y esta otra, tan distinta, a partir de 1968, cuando el 18 de julio de ese mismo año se inauguró un paso elevado, enseguida "bautizado" con toda razón como "el scalextric" que alivió el tráfico pero destrozó la imagen...
Pues bien, mucho antes de estas dos fotografías, en tiempos de Carlos III, se ubicó aquí, al final del Prado y junto a la Puerta de Atocha, la Fuente de la Alcachofa,
diseñada por Ventura Rodriguez (situada donde hoy se encuentra el monumento a don Claudio Moyano obra de Agustín Querol).
Fuente de la Alcachofa en la Plaza de Honduras del Retiro
Construida en granito y piedra blanca el surtidor de bronce que la corona con forma de alcachofa determinó su nombre.
Motivo principal de su decoración es el Escudo de Madrid sostenido por un Tritón y una Nereida. Pero en 1880 se tomó la determinación de llevarla al Parque del Retiro donde se encuentra en uno de los extremos del Paseo del Estanque luciendo esplendorosa.
Y para dar final feliz a esta historia todos los amantes de Madrid sabemos que el scalextric se desmontó, devolviendo a la plaza su esplendor y, por feliz acuerdo, se puso en su centro, en 1987, una copia en bronce de la famosa fuente... Y esperemos que "colorin colorado" este cuento haya por fin acabado...y dejen a cada fuente en su lugar.
Y sigo paseando por la calle de Atocha, evocando cuando era un campo cubierto de esparto (parece que de ahí deriva su nombre: "atochar") al otro lado de las murallas y cómo, a partir del XVI, se abrió una puerta en la plaza de Antón Martín y desde aquí a la Plaza Mayor, es decir, en la parte alta de la calle se instalaron muchos conventos e iglesias , mientras que en la baja, desde Antón Martín a la Glorieta de Atocha, fue el espacio para los hospitales. En el XIX la llegada del tren cambió su fisonomía y se multiplicaron los humildes mesones y posadas que acogían a los familiares de los enfermos para poder atender también a los muchos viajeros que iban llegando sin cesar, y por el mismo motivo la calle se hizo mucho más comercial
y se convirtió en una calle llena de vida que hoy presenta una curiosa mezcla de comercios y viviendas tradicionales junto a lujosos Hoteles que son testimonio del cambio que nuevamente se está dando en esta calle... Ahora es una zona rodeada de Arte y como tal muy valorada por el turismo
Pero el primero fue el Hotel Mediodía que, en su momento, fue el colmo del lujo...
Es una zona llena de sorpresas...que necesitaría muchas horas para descubrir sus secretos...pero aquí se trata de un paseo y una de las condiciones de un buen paseo es que no resulte cansado, tiene que ser placentero y entretenido, ir viendo cosas, disfrutar con ellas y luego, profundizar en las que más nos gusten...
En realidad al salir de la Glorieta hemos entrado en el Barrio de Antón Martín que se extiende desde la altura donde se sitúa la Plaza Mayor hasta la vaguada que era el Paseo del Prado...A su dedicación hospitalaria y conventual se unió en el XIX también la del prestigio Médico al instalarse aquí la Facultad de Medicina de San Carlos, y en el XX se completó con la vida cultural gracias al Cine y luego Teatro Munumental, al cine Doré...y al Centro de Arte Reina Sofía en el antiguo Hospital.
Como evocación de los que fueron las tiendas que aquí se instalaron, vemos, en el número 114 una cafetería en cuyo interior aún persisten las famosas columnas de hierro que tenía toda tienda que se preciase y que podemos ver en otros varios establecimientos de la zona...
Y en la acera de enfrente, en el nº 117 el famoso Mesón Casa Blas que aquí se asentó desde 1692 y es ahora Hostal San Blas... así que primero fue Mesón, luego Casa de Huéspedes y ahora ha ascendido a Hostal...
Un poco más adelante (nº 87) hay una esquina insospechada... Está la pequeña iglesia del Stmo. Cristo de la Fe, que pertenece a la Cofradía del Silencio, que sale procesionalmente el Viernes Santo por el inmediato Barrio de las Letras; en su interior un Cristo muy valioso, del escultor valenciano José Capuz Mamano (1884-1964) ... "Es un Capuz" dicen los entendidos refiriéndose al Cristo...
Pero para saber mucho más de esta iglesia hay que ver: http://artedemadrid.wordpress.com/2010/04/01/iglesia-del-santisimo-cristo-de-la-fe/
Y a su lado nada menos que la casa edificada en el solar de la imprenta (que fue también Hospitalillo) donde se imprimió la primera edición del Quijote en 1605 y que a punto estuvo de desaparecer por desidia y abandono hace unos años...Es propiedad de la Sociedad Cervantina de Madrid que tiene el proyecto de instalar en ella un Museo Cervantino
Una placa nos recuerda que en el numero 94 vivió el gran escritor granadino Pedro Antonio de Alarcón que entre otras muchas obras escribió "El sombrero de tres picos" que sirvió de base a Falla para su famosa composición del mismo nombre, estrenada en 1919 en el Alhambra Theatre de Londres, con el gran empresario Diaghilev y sus famosísimos Ballets Rusos
Y llegando a Antón Martín conviene pararse
y disfrutar de este singular triángulo que forman la calle Atocha con la de Santa Isabel y Magdalena.
La de Santa Isabel sobre todo es para mí una de las calles más bonitas e interesantes de Madrid...
podemos salir a ella por el curioso Pasaje Doré con sus locales diminutos pero tan bien aprovechados, de los que desgraciadamente van desapareciendo los más típicos y ya quedan pocos de sus ingeniosos anuncios...
Toda una historia del pequeño comercio madrileño en este callejón...
y así pasaremos por delante de la preciosa fachada del cine Doré y para echar un vistazo a su interior y sobre todo a su programación...
Otra vez en la calle Atocha. contemplamos el monumento que, en recuerdo de un brutal atentado cometido en el número 55 de la calle, se alzó inspirado por una idea del artista Genovés
Pinchar para ampliar
Estas dos fotografías en las que se ven las coronas de flores las hice ayer sábado día 12 de febrero y me resultaron muy emotivas.
El monumento queda enfrente del edificio del Monumental, actualmente Sala de Conciertos de RTVE, obra del arquitecto Anasagasti en 1922, edificado en el mismo lugar donde, siglos atrás, unos acontecimientos históricos se iniciaron con una revuelta popular...
Antón Martín nació en el pueblo de Mira en Cuenca en 1500 y cuando estaba en Requena como militar de la guarnición un hermano suyo fue asesinado y esto le produjo tal conmoción que se fue a Granada en busca de castigo para los culpables...pero allí San Juan de Dios le inició en el camino del perdón con tan buen fruto que allí se quedó para ayudar a su gran labor hospitalario con los más pobres y enfermos...Vino después a Madrid y aquí fundó un hospital para enfermedades infecciosas de la piel con el apoyo tanto de Carlos V como de Felipe II. Murió en 1553...Sólo queda el recuerdo de su hospital en una placa en los muros de la iglesia del Salvador y San Nicolás y su nombre dando título al barrio, a la plaza y a la estación de Metro (1)
En 1808 muchos de los patriotas heridos en su lucha con los invasores fueron atendidos en este hospital de Antón Martín y el próximo de Montserrat (fundado en 1616). Cuando unos meses después Napoleón entró en Madrid, lo hizo por la Puerta de Atocha y los madrileños intentaron hacerse fuertes en la plazuela de Antón Martín y en la calle de la Magdalena.
Y recordando que un paseo no ha de ser cansado, aconsejo entrar a disfrutar con alguno de los buenos platos que tienen en el inmediato restaurante Perlora de la calle Magdalena y luego ya continuaremos el paseo...
(1) Resulta que quedan también restos del Hospital... En el imprescindible blog para conocer Madrid, lo cuenta Mercedes muy bien... El caso es que yo tomé una foto sin saberlo aunque me sorprendió... Pues aquí está la respuesta:
http://artedemadrid.wordpress.com/2009/04/06/cristo-de-la-salud-de-la-plazuela-de-anton-martin-a-la-calle-ayala/
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Gracias María Rosa por este maravilloso paseo, ¡cuánta historia en esta calle de Atocha!. Estoy de acuerdo contigo en que Santa Isabel es una de las calles más bonitas e interesantes de Madrid, cada edificio, cada esquina tiene algo que contar.
Y no he estado nunca en ese restaurante, habrá que ir a conocerlo...
Mercedes, la zona está llena de buenos lugares para repostar pero este tiene la ventaja de estar tan cerca del Monumental que suele ser lugar de reunión después de los conciertos...y tiene una pequeña barra muy bien surtida y unas cuantas mesas para la conversación...Me alegra mucho que te haya gustado el paseo...
Publicar un comentario