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Llegamos a una hora muy bonita a Alba de Tormes, y vemos reflejadas en el río dos torres, la de la iglesia de san Juan y la de san Pedro y en el centro, tras esas blancas casas, la inacabada mole de la que iba a ser una gran Basílica en honor de la Santa...
Y en lo alto, también reflejándose en el rio, el Castillo de los Duques de Alba, (o mejor dicho lo que resta de él) cuya construcción había iniciado, en el siglo XV, Don Gutiérrez Álvarez de Toledo, obispo de Palencia y arzobispo de Sevilla y Toledo, al que el rey Juan II concedió el Señorío de Alba de Tormes en 1430, en compensación a los servicios prestados a la corona por esta emergente familia. El prelado mandó construir una inexpugnable fortaleza en la parte más alta de Alba, dominando todo el extenso valle del Tormes.
Torre de la Armería, la única que quedó en pie |
Este Señorío lo heredó su sobrino Fernando Álvarez de Toledo y Sarmiento, al que Juan II convirtió en Conde de Alba de Tormes en 1438.
Y en 1472 (por voluntad de Enrique IV) se elevó a Ducado, en la persona de su hijo García Álvarez de Toledo que se convirtió en el primer Duque de Alba.
El segundo duque fue su hijo don Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, cuyo hijo primogénito, García Álvarez de Toledo y Zúñiga, que se había casado en 1505, murió en la cruenta batalla de la isla de Gelves (*) por lo que el título pasó a su pequeño hijo de tres años, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, que fue educado por su abuelo y vivió con él en esta fortaleza hasta que a su vez se convirtió en el conocido como el "Gran Duque de Alba" (1507-1582)
Él recibió una educación humanista, y siguiendo los pasos de su abuelo convirtió este castillo en un lujoso palacio renacentista, ejerciendo un gran mecenazgo sobre las Artes y las Letras.
Plano del castillo según las excavaciones arqueológicas realizadas en 1991 |
Su época de esplendor concluyó con la Guerra de la Independencia. En 1809 las tropas napoleónicas toman el Castillo y en su retirada, en 1812, según algunas fuentes, no le dejaron demasiado dañado... Pese a ello y como prevención de un posible regreso de los franceses, Julián Sánchez, conocido como "El Charro"(**) decidió incendiarlo. Después el tiempo, y la utilización de sus piedras para otros fines, han hecho el resto... Solamente se conserva esta gran torre, de las seis que tuvo, pero ella, por sí sola, se merece una detenida visita interior muy recomendable porque es una verdadera sorpresa (***)
Pero dos reproducciones de sendos grabados, de Gustavo Doré uno y de Pérez Villaamail otro, ambos del s. XIX, quizá basados en otros anteriores, que se muestran en la visita y donde ya se aprecia su deterioro
nos pueden servir para imaginar mejor cual sería su aspecto, cuando lo contemplara Teresa, mientras atravesaba el largo puente que le conducía a Alba.
Según va oscureciendo todo se vuelve más mágico y es más fácil imaginar como sería Alba cuando llegó la Santa, que había sido llamada para atender en el parto a la joven Duquesa de Alba, en aquel atardecer del dia 20 del mes de septiembre de 1582, ya tan enferma y presintiendo, seguramente, su próxima muerte.
Convento de Carmelitas Descalzas, donde murió y está enterrada Santa Teresa. |
Iglesia de la Anunciación. En el centro del retablo mayor se encuentra el camarín, que también visitaremos, con el sepulcro de la santa, |
La relación de Teresa con Alba de Tormes vino a través de la todo poderosa Casa de Alba, en concreto con la esposa de don Fernando Álvarez de Toledo, doña María Enríquez, de la ilustre familia de los Almirantes de Castilla, con los que los Alba habían emparentado a partir del I Duque, pero en
realidad no se sabe muy bien cuando y como se inició esta amistad entre ambas. Quizá pudo ser porque una sobrina de la Duquesa, llamada Teresa de Toledo, eligió ingresar de carmelita en Ávila en 1568.
Lo cierto es que la fundación del octavo convento reformado se hizo en 1571 en Alba de Tormes y fue propiciada por don Francisco Velázquez, contador del Duque, y su esposa, que cedieron sus casas y dotaron al convento. Ambos están enterrados en esta iglesia ... al igual que la hermana menor de Teresa, y su esposo, el caballero Juan de Ovalle, ecónomo del Duque de Alba.
Un precioso testimonio de esta relación con la familia Alba, es que en el Libro de la Moradas (Sexta Morada, cap. 4, p.8) la propia Teresa menciona, (pero desde un punto de vista espiritual) su impresión cuando visitó "el Gabinete de la Duquesa"...
Otra cosa que imagino conocería Teresa en Alba, sería el increíble apostolado, que se cree figuraba en una de sus portadas y que actualmente preside la iglesia mudéjar de san Juan donde, como bien se anuncia a su entrada, tenemos "lo mejor del románico a la altura de nuestros ojos"
y que por sí sola se merece todo un post, tanta es su belleza que la veremos con mayor detenimiento
El Salvador y los doce apóstoles. Hacía 1200. Piedra arenisca policromada (románico-bizantina) |
Con motivo de la beatificación de Teresa, en 1614, se organizaron muchos actos en su honor en todos los lugares de sus fundaciones en España. En Madrid se convocaron, entre otros, unas "Justas poéticas", que fueron presentadas en la iglesia de los Padres Carmelitas de san Hermenegildo (actual Parroquia de San José en la calle Alcalá) dirigidas por Lope de Vega y en las cuales participó Cervantes, con ya 67 años, con un canto "A los Éxtasis de la Beata Madre Teresa de Jesús".
Aunque naciste en Ávila,
se puede decir que en Alba fue donde naciste;
pues allí nace, donde muere el justo.
Desde Alba ¡oh Madre! Al cielo te partiste,
Alba pura, hermosa, a quien sucede
el claro día del inmenso gusto.
(*) A esta cruenta batalla dedicaron sus dolidos versos, entre otros, Garcilaso de la Vega y Góngora. Y en el "Lazarillo de Tormes" se hace una expresa mención a la misma, cuando la madre de Lazarillo dice refiriéndose a él que "era hijo de un buen hombre, el cual por ensalzar la fe, había muerto en la de Los Gelves". Actualmente la isla se llama Yerba, pertenece a Túnez y es un destino turístico de lujo.
(**) Julián Sánchez "El charro" (Santiz, Salamanca 1774- Etreros, Segovia, 1832) Fue militar y también guerrillero durante la Guerra de la Independencia, famoso por su bravura. En Ciudad Rodrigo tiene un monumento.
(***) En 1991 la Casa de Alba cedió el Castillo al Ayuntamiento de la villa, para que este lo utilizara con fines turísticos. Se ha convertido en un Museo en torno a su larga historia, con un gran mirador en su parte superior.
Bibliografía
El Gran Duque de Alba, soldado de la España Imperial, de Henry Kamen, Madrid 2004-
El duque de hierro, Fernando Álvarez de Toledo III Duque de Alba, de Manuel Fernández Álvarez, Madrid 2007
Biografía de Doña María Enríquez, mujer del III Duque de Alba, en el Boletín de la Real Academia de Historia, 1947, 7 - 39
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2 comentarios:
Es una historia apasionante la que nos cuentas, una visión diferente de Alba y de santa Teresa. Y las fotos preciosas, como siempre. Manolo
¡Vaya torrente de historia en torno a Alba de Tormes, de los duques, de la santa...! Una maravilla de fotos. Magnífico. Avellaneda
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