El otro día un amigo me dijo que por qué no hacía post del precioso e histórico parque del Buen Retiro... Primero le recordé que tengo varios ya hechos, pero después reconocí que efectivamente faltan muchos...
En realidad este parque, además de precioso jardín, es un gran museo de escultura al aire libre y recordando que hace un tiempo incluí algunos de sus monumentos en la serie de "Si las estatuas hablasen" (El Ángel Caído, Dante Alighiere...) he decidido retomar el tema y he vuelto a pasearlo tranquilamente y en primer lugar me he detenido ante la escultura dedicada a Ramón de Campoamor (Navia Asturias 1817-Madrid 1901) ubicada en el Paseo de Fernán Núñez (más conocido como el Paseo de coches) que esculpió en 1914 Lorenzo Coullaut-Valera (Marchena Sevilla 1876-Madrid 1932).
Seguramente el escultor se inspiró en aquella rima fácil o ripio de Campoamor que a edad avanzada escribió:
Las hijas de las madres que amé tanto, me besan ya como quien besa a un santo...
Vemos a un venerable anciano sentado en un banco con su bastón y rodeado de tres mujeres de tres generaciones, ¿madre, hija y nieta? que le rodean solícitas y cariñosas...
¿Qué es una humorada? Un rasgo intencionado ¿Y dolora? Una humorada convertida en drama ¿Y pequeño poema? Una dolora amplificada...
Campoamor se sintió atraído por la corriente filosófica positivista y en esa línea publicó en 1846 "La Filosofía de las leyes" obra muy atacado por la censura por considerar que contenía «proposiciones contrarias a la doctrina católica, erróneas o inductivas a error, falsas, inmorales y ofensivas e injuriosas a nuestra religión y a sus santas instituciones».
También por esa época se introdujo en la política y fue nombrado gobernador civil de Alicante (de 1848 a 1851) donde dejó buena huella, según podemos leer en este oportuno blog, que nos habla y nos muestra el Paseo que Campoamor propició en la ciudad, y que aún lleva su nombre. También en su vida personal Alicante le fue propicia, pues allí conoció a Guillermina O`Gorman, hija de una distinguida familia irlandesa, con la que contrajo matrimonio en 1849 en la concatedral de San Nicolás de Bari.
En 1850 ocupa un escaño en el Congreso de los Diputados, y pasa a ser gobernador de Valencia; cuatro años después es diputado a Cortes por el partido conservador y más tarde nombrado director general de Beneficencia y Sanidad, consejero de Estado y Académico de la Lengua (en el sillón de la E mayúscula) y Senador del Reino.
Tuvo una gran fama como poeta en su tiempo; Rubén Darío (Nicaragua 1877-1916) dijo de él en un poema que la poesía de Campoamor "«deja en los labios la miel / y pica en el corazón». Falleció en Madrid a la edad de 83 años. Sus restos se encuentran en el cementerio de San Justo.
Volviendo a su Monumento en el madrileño Parque del Retiro vemos a cada lado dos pedestales con pequeñas figuras sobre ellos. Ambos hacen referencia a sendos poemas; el de la izquierda escenifica uno de los más conocidos, el titulado "¡Quien supiera escribir!"
Finalmente no se atreve a dictar al cura sus sentimientos más profundos y amorosos...y emite una queja dolorida "Dios mío, ¡cuántas cosas le diría si supiera escribir!"... |
Recomiendo leer, para una mejor comprensión de Campoamor, este artículo que apareció en el Boletín de la Academia Argentina de las Letras en 2001, centenario de su fallecimiento.
Y como otra muestra de que Campoamor fue muy querido y valorado como poeta en su època, en el Museo del Prado podemos contemplar
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6 comentarios:
Hola María Rosa, qué bien que hayas recuperado tu serie sobre las estatuas. Y lo haces con un completo y emotivo recorrido por Campoamor. La escultura del Retiro es una maravilla, siempre que paso le hago fotos, con esos preciosos detalles... ahora ya conozco la historia, ¡gracias a ti!
En realidad todo lo que nos rodea nos habla, otra cosa es que entendamos su "idioma"...nos hablan los árboles, las piedras, los edificios...y las estatuas. Me alegro que te guste esta serie y que Campoamor te resulte ahora más próximo.
María Rosa estupenda entrada. Tengo que ir al Retiro para ver a Campoamor...de jovencito leí sobre todo la carta de amor de un largo poema que se llamaba "El tren expreso". Manolo
Maravillosa la forma en que acoges a Campoamor: como persona y como poeta. Tus fotos de las esculturas. sobre un fondo de árboles con hojas anaranjadas, otoñales, son un trozo de poesía. Y, al dirigir nuestra mirada, señalando con tu dedo -y con tu sensibilidad- un punto luminoso, nos haces crecer en capacidad de observación y ensanchas nuestra realidad. ¿Cómo hacerte llegar nuestro gozo y agradecimiento?
Un libro reciente (2015) también incluye la estatua de Campoamor en sus páginas. Su título: Estatuas y monumentos de Madrid. Su autor: Luis Manuel Fernández Pereantón.
Su editorial: La Librería.
María Ignacia
No dejes de ir al Retiro Manolo y visitas a Campoamor... Y recuerdas aquello de "Mi carta que es feliz/ pues va a buscaros..."
Muchas gracias María Ignacia por tu comentario tan elogioso y gracias también por la información sobre ese reciente libro que aumentará sin duda nuestro conocimiento sobre tantas bellas estatuas como hay en Madrid.
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