Son tantos los adjetivos que Cuenca ha inspirado que cuesta no repetirse. Desde el más repetido y acertado de "Cuenca es única", no ha habido viajero que no haya dado su admirada impresión al contemplarla desde alguno de sus espectaculares miradores...
Una ciudad amurallada con sus propias piedras, donde unos sabios arquitectos, maestros de obras y arriesgados albañiles levantaron edificios construidos "sobre y rodeados" de enormes peñascos, al borde de paredes de vértigo, sobre las hoces de los rios Júcar y Huécar que han configurado su espacio.
Donde las murallas levantadas por los hombres son copias de las rocas que por todos los lugares la rodean
y su caserio se funde perfectamente con el color del paisaje
Donde las murallas levantadas por los hombres son copias de las rocas que por todos los lugares la rodean
y su caserio se funde perfectamente con el color del paisaje
como sucede es sus superfamosas "Casas colgadas", espectaculares por una de sus caras y tan corriente por su entrada principal
Lugar de su gran Museo de Arte Abstracto donde entre grandes artistas encontramos obras de Luis Feito, al que recordamos de su entrañable Museo en Oteruelo del Valle y en el de Arte Iberoamericano de la Universidad de Alcalá de Henares
Y seguimos admirando el insólito paisaje desde sus balcones
Pero yo quiero mirar Cuenca desde los ojos y el sentimiento de un poeta que la amó profundamente: Federico Muelas
"Alzada en limpia sinrazón altiva,
–pedestal de crepúsculos soñados–,"
Él nació en Cuenca en 1910 y falleció en Madrid, en 1974. Y entre ese espacio de tiempo conoció y amó cada piedra y cada rincón de su ciudad y habló de ella como sólo saben hacerlo los poetas...
En una semblanza que hizo de sí mismo y que recoge Francisco Arias Solís (2007), dice el poeta:
Esa referencia a su profesión de Farmaceútico, se completa con la siguiente e interesante nota del autor (Arias Solís):Soy escritor y poeta. También tengo las licenciaturas de Farmacia y Derecho
y estudios incompletos en otras disciplinas. Periodista, frecuentador de estudios de radio y televisión, lector de locuras y razones y coleccionador de papeles. Me gusta andar caminos a trasmano y dialogar con quienes nadie habla. Tengo amigos que no me envidian y sé algunas cosillas raras que me hacen feliz. No sé ganar dinero.
Desde la farmacia que regentaba en Madrid, en la Calle de Gravina 13, dirigió una serie de tertulias de carácter
literario-farmacéutico, que él denominaba “tertulias de
la rebotica”, y a las que asistían asiduamente importantes escritores de la talla de Cela, d’Ors, García Nieto, Sánchez Mazas, etc., así como numerosas celebridades
de la farmacopea. Para una profundización en el tema, resulta indispensable la consulta de la Tesis Doctoral de
Ángel del Valle Nieto, titulada La farmacia en la poesía.
Dos generaciones de poetas: León Felipe y Federico Muelas, publicada en Madrid
por la Universidad Complutense (2004).
También otro escritor, Antonio Pérez Rioja, definió así el amor de Muelas por Cuenca
La vinculación de Muelas con su Cuenca natal es total y absoluta:
En muy pocas ocasiones, esa fusión entre una ciudad y un poeta ha tenido
mayor constancia e intensidad que en Federico Muelas y su Cuenca nativa.
Federico Muelas ha encontrado los motivos conquenses –paisajes y perso-
nas– con la misma naturalidad de quien tiene por norma hacerlos suyos ca-
da día. Sin duda, esa búsqueda es sencilla, porque están ahí, sólo a la espe-
ra de un auténtico y amoroso poeta que los incorpore a su obra. Ningún otro
mejor que Federico Muelas, celoso guardián de su ciudad natal.
Ruinas de San Pantaléon |
La estatua está ahora dentro de las ruinas de una iglesia, dedicada a San Pantaleón, que impresionan mucho, pues situadas en el casco antiguo de la población su construcción data al parecer de finales del s. XIII, pero ha sufrido muchas desventuras siendo una de las más importantes la que en 1874, en el transcurso de la tercera carlista, utilizó sus venerables piedras para hacer barricadas. Fue declarada monumento histórico-artistico en 1992.
Es una ciudad para recorrer despacio, para saborear cada rincón y siempre mirar... Así que seguiremos mirando
2 comentarios:
Pero... ¡no paras! Y qué maravilla. No solo nos descubres sitios y nos los muestras con tus fotografías, sino que tus textos están llenos de referencias literarias e históricas. Son sabiduría pura. Realmente logras que el que llega a tu página viaje, vuele... tranquilamente, sin prisa, saboreando. Logras impregnar un espíritu a los lugares. Y tienes toda la razón en una frase de tu texto: "Cuenca es una sorpresa que no cesa"...
Beso
Hildy
Una alegría saber que te ha gustado tanto mi comentario sobre el reciente viaje a Cuenca. Fue un dia espectacular, y con muchas sorpresas en esa ciudad que, efectivamente, no cesa de mostrartelas... Muy agradecida a tus elogiosas palabras Hildy.
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