Astorga
Astorga es un gran cruce de caminos en el antiguo reino de León. El trazado de la ciudad es medieval. Una muralla romana de la que se conservan 27 cubos, rodea el recinto histórico, al que se accede por las cinco entradas de sus antiguas puertas
y un amplio paseo sobre ella nos permite contemplar largamente el mítico monte Teleno - montaña sagrada de los astures que cobijaba al más poderoso Dios por ellos adorado - frontera y cobijo de una de las comarcas más características de León, la Maragatería, un verdadero santuario etnográficamente hablando, un museo vivo con una singular arquitectura, una indumentaria propia y fiestas y romerías ancestrales que les distinguen de todos sus vecinos.
Las venerables piedras de la igleisa de San Francisco |
Nadie que vaya a Astorga debe dejar de visitar todo su práctico pasado romano, el de la antigua Asturica Augusta, sus termas públicas y la admirable red de saneamiento compuesta por numerosas galerias o cloacas, algunas de las cuales después de veinte siglos siguen en funcionamiento.
Incluso desde el Parque de la Sinagoga puede accederse y recorrer cómodamente los 60 metros de una de las originales cloacas romanas... y lo más impactante y sorprendente de todo es que caminamos sobre y entre piedras puestas hace tantos siglos, en una arquitectura de saneamiento urbano que aún se utiliza...¡cuanto hay que aprender de los romanos!!!!
Y tampoco debe dejar de visitarse la gran Ergástula, misteriosa construcción abovedada magníficamente construida sobre la que ahora se encuentra el digno Museo Romano.... Es una amplísima nave abovedada que no saben para que sirvió realmente, aunque mas tarde fue utilizada como cárcel, y ahora se contemplan varias lápidas con emotivas leyendas.
Su gran catedral de Santa María, cuyo origen se remonta al siglo XI, fue sorprendente marco, en el año 2000, de una de las ediciones de las Edades del Hombre, bajo el título de “Encrucijadas”, en atención al cruce de caminos que siempre fue Astorga.
Sorprenden en ella varias cosas: la primera el suelo de madera, luego su gran altura (33 metros) y su esplendorosa luminosidad. Fue una gran exposición - como todas las de las Edades - con muchas obras de arte totalmente insólitas, ya que muchas proceden de conventos de clausura y nunca han sido expuestas.
Y alli nos contaron la leyenda de San Genadio, obispo de Astorga que molesto mientras rezaba, en un apartado valle por el rumor impetuoso del agua del rio, severamente le mandó callar...
y el río, asustado, se refugió en las profundidades de la tierra a través de esta gruta y nunca volvió a sonar...
por lo que, aún se conoce el lugar como el Valle del Silencio...Así que cuando fuimos a visitar la gruta, ahora convertida en diminuta ermita, y entramos a saludar a san Genadio lo hacemos en total silencio...por si acaso...
Un lugar maravilloso este Valle del Silencio, para el que hago aquí un inciso porque desde Astorga, y por una preciosa ruta, merece la pena desplazarse para disfrutarlo.
y visitar el también escondido y bello pueblo de Santiago de Peñalba
con su Iglesia mozárabe dedicada a Santiago y que formaba parte de un monasterio en el lejano siglo X
cuya cruz votiva se mostraba en la exposición de las Edades del Hombre
Su airosa espadaña y su cabecera interior con arco de herradura
Pero volvamos a Astorga y comprobemos que, con ser todo en ella muy valioso la nota de originalidad se la da su Palacio Episcopal, obra de Antonio Gaudí, nacido en Reus (Tarragona) como el Obispo D. Juan Bautista Grau destinado a esta sede y que, tras el incendio que destruyó el anterior Palacio el 23 de diciembre de 1886, encargó al arquitecto catalán la construcción de uno nuevo.
Gaudí no quiso negarse a la petición de su ilustre paisano, pero fue muy laboriosa y complicada su génesis, iniciada en 1889, entre otras cosas por la lejanía. Así ideó que cada quince días el fotógrafo Sr. Cordeiro le enviará fotos de las obras y él acudía personalmente cada dos o tres meses.
Así que bajo la dirección del arquitecto Sr. García Guereta, que respetó lo hecho pero que, al carecer de los planos del proyecto, tuvo que improvisar el resto, se finalizó por fin en 1913.
Pero nunca fue ocupado por ningún Obispo, pues no les convencía como residencia... y pasó de mano en mano, dedicándose incluso a cuartel y oficinas de Falange durante la guerra, deteriorándose cada vez más, hasta que en 1956 otro Obispo catalán D. José Castelltort decide ocuparlo y se inician las obras necesarias para ello, pero en 1960 mientras lo estaba visitando, el prelado muere repentinamente en el vestíbulo… Definitivamente nunca sería Palacio Arzobispal y en 1963 se acometió definitivamente su acondicionamiento para servir de romántico Museo de los Caminos.
Sus cuatro fachadas, rodeadas por un foso, separadas por torreones y recubiertas según el proyecto de Gaudí de granito del Bierzo, se recortan airosamente contra el cielo, junto a la Catedral, pero tan diferente a ella, con su influencia claramente modernista de estilo Neo-gótico que, no puede por menos de pensarse que Gaudí lo diseñó sin pensar en su entorno.
Pero cuando atraviesas su original triple pórtico circular, cualquier prevención es olvidada y la fantasía e ingenio de Gaudí te conquista, mientras descubres lo que no se sospecha desde el exterior...
Como por ejemplo, que los nervios de las airosas bóvedas están cubiertos con un ladrillo de cerámica vidriada, hecho a mano en el cercano pueblo de Jiménez de Jamuz con original dibujo esgrafiado realizado con una pluma de gallina por las mujeres de este pueblo...¡una delicia!...
y que la cripta o sótano, tiene enormes y recias columnas bajas, formando arcos y un gran crucero en el centro, todo de piedra y ladrillo macizo y visto en la bóveda.
Todo es como un canto al ingenio y a la imaginación, pero también – como todas las obras de Gaudí- al aprovechamiento de la luz... por ejemplo, el comedor está cuajado de ventanales para que la luz lo inunde al mediodía, la biblioteca está orientada para tener luz de tarde, ya que es ese momento del día cuando más se utiliza….
La capilla es pequeña, pero es una joya y contiene todos los elementos de una gran catedral gótica. Entre otros elementos de decoración tiene unos preciosos azulejos de Zuloaga y los capiteles de las columnas son en forma de punta de diamante, muy modernos pero que se integran perfectamente con el resto ... No puede dejar de pensarse como hubiera sido este palacio Arzobispal de haber podido Gaudí concluirlo y desarrollar en él todas sus iniciativas...
Y después de este recorrido de tanto arte e historia...nada más recomendable que visitar el entrañable Museo del chocolate
que nos dejará un dulce sabor de nuestra visita a Astorga
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4 comentarios:
Muy bonito Maria Rosa,dime si eres tú, la de la foto de la ermita, gracias por este estupendo reportaje,tenia ganas de verte en foto,un saludo
Pues gracias por tu comentario y me alegro que te hay gustado el viaje a Astorga y al Valle del Silencio...Efectivamente soy yo la de la foto... no tenía otra de la cuevita de san Genadio...pero de eso hace un tiempito, de cuando estuve en las Edades del Hombre...y el tiempo ya sabes que no perdona...
La de ahora es de hace dos meses.... más real...
Sí que merece la pena visitar Astorga, yo volvería otra vez.
A mí me llamó la atención la historia de los maragatos, la catedral me encantó y todo el conjunto monumental es un regalo para los ojos.
Amén del chocolate y las mantecadas, regalo para el paladar.
Gracias por compartir :)
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