domingo, 16 de abril de 2017

Las campanas

Hoy Domingo repicaran a Gloria miles de campanas por toda España. Yo recuerdo especialmente una alegre mañana en Sevilla, cuando las campanas de la Giralda tocaban todas a la vez, inundando de alegría la ciudad, al llegar las imágenes de Jesús resucitado y de la Virgen de la Aurora, que habían salido de la iglesia de Santa Marina al alba, y que retornaban lentamente a ella...




 La imagen del Cristo Resucitado y la del Ángel anunciador son  obra de Francisco Buiza, en 1973, realizadas en pino de Flandes. La imagen de Jesús mide 2,10 m. Salió por primera vez en procesión en 1973
 La Virgen de la Aurora es de Antonio Dubé de Luque (1978) está realizada en madera de cedro, y mide 1,71 m.


 La iglesia de Santa Marina es del siglo XIII.  Del siglo XV son las capillas de la Virgen de la Aurora y la de la Virgen del Amor; El edificio fue declarado Monumento Nacional en 1931.


  Porque las campanas son transmisoras de sentimientos de alegría, como lo son de dolor cuando "tocan a muerto", con su lento y dolorido repicar...



Portada de las Actas del I Congreso Nacional celebrado en 1997 en Santander : “Las Campanas. Cultura de un sonido milenario, que  presenta treinta y cinco ponencias a cual más documentada e interesante. La portada es un esquema de la Torre de Tábara (Zamora) con sus dos campanas, que aparece en la preciosa miniatura que hace único y original al Beato que aquí se realizó en el siglo X..

Precisamente el célebre poeta León Felipe (nacido en Tábara en 1884 y fallecido en México en 1968) en una de sus más bellas poesías titulada “¡Qué lástima!” dice: 
Que un día se puso mala, muy mala / y otro día doblaron por ella a muerto las campanas”.



 En Urueña, ese precioso y amurallado pueblo de la provincia de Valladolid, se encuentra, desde 1985, el centro etnográfico Joaquín Díaz que pronto incorporó un museo de las campanas, donde se guardan (en una antigua panera que fue de la casa del conde de Isla) una notable colección cedida por Manuel Quintana, fundidor de Saldaña, con ejemplares de distintos tamaños fechados entre los siglos XV y XX. un mundo muy atrayente en el que la campana es protagonista.




El conocimiento de todo lo que rodea a la campana se amplia con el libro editado por la Fundación Joaquín Díaz en 1997: La campana. Patrimonio sonoro y lenguaje tradicional  de José Luis Alonso Ponga y Antonio Sánchez del Barrio.




Pero unos años antes de la publicación del citado libro, concretamente del 13 al 15 de diciembre de 1991, en Segorbe (Valencia) el Gremio de Campaneros Valencianos impulsó la celebración del Primer Congreso Internacional de Campaneros de Europa, uno de cuyos importantes logros fue la elaboración de un Decálogo sobre las campanas, que se cierra con estas palabras: 


“Los participantes del Primer Congreso Internacional de Campaneros de Catedrales de Europa consideran inaplazable la creación de una asociación, de carácter peninsular, que reúna a todos los amantes de las campanas: campaneros, investigadores, estudiosos y aficionados a las campanas, su historia y sus toques. Las campanas constituyen el más antiguo instrumento musical comunitario: cualquier modificación, electrificación, refundición o silencio nos priva de la música más emotiva, de aquella que nos fue legada por nuestros antepasados, y que debemos transmitir, conservando y mejorando su belleza, a las futuras generaciones”.
También existe otro buen museo de las campanas en la localidad cántabra de Meruelo, perteneciente a Las Siete Villas, pues toda esta región, que se conoció como la Transmiera, fue el lugar de origen de la mayoría de los mejores maestros fundidores. 
 Porque la fundición de las campanas es toda una compleja técnica. En la restauración de la iglesia de Santo Domingo de Silos en el pueblo de Prádena del Rincón (Madrid)  se ha descubierto un taller medieval de campanas. Es el primero que se encuentra en la región y el más grande, con sus seis moldes, de los pocos hallados en España.

 En los laboratorios de la Universidad Autónoma de Madrid se ha realizado la datación de uno de los moldes, mediante la técnica de termoluminiscencia, obteniéndose una fecha que oscila entre 1510 y 1566 y que coincide con las obtenidas en otros talleres encontrados en España.




 El lenguaje ancestral de las campanas. Los toques y repiques. 

Es tema complejo pues varían según la categoría de las iglesias y de los lugares donde se encuentran. Lo cierto es que todos los toques responden a hechos importantes para los fieles y también para todos los vecinos del pueblo y de su entorno. En monasterios y conventos tenían sus propios toques para regular la vida monástica y comunicarse con el mundo exterior. 


Las campanas anuncian la muerte con un lúgubre toque especial, pero en muchos lugares se diferencia el número de toques: tres toques si es un hombre y dos si es una mujer. 

Si es un niño el fallecido el toque es alegre, pues la creencia popular es que el infante va derecho al cielo. En este último caso hay lugares (la Ribera del Orbigo leonés, por ejemplo) donde se unió una sencilla letra a este toque: “Bien vas, vas bien, pa la gloria vas”. 

También las campanas tuvieron en un tiempo una misión muy especial: la de avisar la llegada “del nublo” y alejar la tormenta. En un mundo prioritariamente agrícola esto tenía una gran importancia y aunque no todos tenían claro si este toque especial alejaba la tormenta o por el contrario la propiciaba, el pueblo también le puso “letra” que decía así: “Tente nube, tente tú, que Dios puede, más que tú”.
 Y también, como no, circulan numerosas leyendas de campanas que en un momento especial asumieron todo su protagonismo y repicaron solas bien anunciando victorias o derrotas, anunciando muertes o avisando peligros.

 Nota.- Los datos aquí expuestos están obtenidos de la ponencia titulada "LAS CAMPANAS. Transmisoras de la liturgia y de la fiesta religiosa" que presenté en el año 2013 al XXI Simposium celebrado en la Universidad María Cristina de El Escorial, sobre e PATRIMONIO INMATERIAL DE LA CULTURA CRISTIANA, publicada en DIANLET.

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