EL MUSEO RODIN EN PARÍS ( Y 2)
Otra de las esculturas que más complicaciones tuvo para Rodin fue la dedicada al gran escritor BALZAC
Balzac nació en 1799 en la Turena, conocida como "el jardín de Francia", que fue sede de varias casas reales y es célebre por la cantidad de castillos que allí se levantaron desde la Edad Media y en el Renacimiento.
Este año de 1799 fue crucial en la historia de Francia, pues fue el año en que Napoleón se hizo con el poder e inició el Imperio que duró dieciseis años, es decir toda la infancia y adolescencia de Balzac se impregnaron de uno de los hechos más grandiosos de la historia universal.
Un hombre desconocido que llegó a París sin ningún apoyo y que llegó a dominar no solo a la gran ciudad, sino a toda Francia y a gran parte de Europa, es una historia inverosimil pero real. Balzac incluso pudo ver desfilar al conquistador y ese momento no se borró nunca de su mente... y ahí surgió la ambiciosa idea de llegar a la cima de su propio camino elegido: la literatura.
Desde entonces todos sus esfuerzos se centraron en una gran obra que tituló La comedia humana, que inició en un pequeño cuarto de una pensión del Barrio Latino...El borrador de La Comedia Humana contiene, además de la obra que le da nombre, otras cuarenta incompletas o no escritas.
Balzac falleció en 1851 y desde esa fecha la idea de elevar un monumento en su homenaje, liderada por Alejandro Dumas (padre), empezó a crecer y se llega a encargar a un escultor que incluso inicia el trabajo pero que fallece en 1891y entonces el escritor Emilio Zola propone a Rodin, pues para él era "uno de los mejores escultores de nuestro tiempo".
Rodin tiene en ese momento 51 años y en principio se compromete a realizar su obra en 2 años, así que informa detalladamente sobre todos los detalles e incluso busca modelos parecidos entre sus paisanos... pero el físico de Balzac no era nada fácil...Así era descrito por sus contemporáneos: vientre prominente, torso bombeado, cortas piernas, una viva mirada en un rostro jovial y una enorme cabellera siempre despeinada.
El plazo de los dos años se agota, ya estamos en octubre de 1894 y aún no ha presentado más que esbozos de su prometida escultura, la situación es insostenible y se pide incluso un proceso contra él.
Y no es hasta 1898, siete años después, cuando finalmente presenta su obra que fue un fracaso casi total... Pero la veleidosa Fortuna le sonrió por fin en la gran Exposición Internacional del año 1900 cuando uno de los mejores escritores del momento, Anatole France, visita la exposición el 10 de junio de ese mismo año y escribe y publica a continuación: "Este maestro tiene, hasta el exceso, el sentido del movimiento, y antes de él nunca el arte había agitado y fomentado la inerte materia hasta ese punto"
Las manos de Rodin una vez más habían triunfado
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