lunes, 28 de enero de 2008

Extremadura: Zafra


Los orígenes de Zafra, al sur de Extremadura, se inician en las cuevas prehistóricas de la sierra de El Castellar y pasan por múltiples cambios hasta llegar a ser una pequeña aldea árabe reconquistada por Fernando III el Santo en 1241... Pero es a finales del siglo XIV cuando Zafra aparece con más protagonismo en la Historia, pues el rey Enrique III de la dinastía de los Trastámara (abuelo paterno, por mas señas, de Isabel la Católica), la donó al hijo del Gran Maestre de la Orden de Santiago, Gomes Suarez de Figueroa...

y este noble linaje decidió, pasado el tiempo, hacer de Zafra el centro de todos sus dominios, bajo el nombre de Señorío de Feria, ya que habían conseguido en 1460 el título de Duques de Feria... Para entonces ya habían levantado el Panteón de su linaje en el Monasterio de las Clarisas de Santa María del Valle y acondicionado el alcázar para su residencia,


Conforme la familia iba consiguiendo mas títulos y honores, al pasar de condes a duques y entrar en la privilegiada zona de los grandes de España, Zafra iba ganando en suntuosidad y en edificios religiosos, Hospitales y múltiples Monasterios femeninos y masculinos.


Como el Hospital de Santiago

Zafra es conocida también como ciudad de las tres culturas, pues en ella convivieron, marcando cada una su estilo, las tres comunidades de judios, musulmanes y cristianos que configuraron una ciudad, además de hermosa, rica e industrial, con mercado semanal en su Plaza Chica de marcado sabor mudéjar...

Cerca de la Plaza, en la calle Boticas, está la famosa calle del Ajimez, una vivienda del siglo XV, cuya fachada muestra un ajimez, es decir, una preciosa ventana mudéjar, partida por columnilla de mármol sobre la que descansa dos arquillos de ladrillo


Es decir, que se puede - mejor dicho, se debe - hacer un recorrido por el Zafra mudéjar y judio, antes de adentrarse en el Zafra Dúcal, que domina el Palacio de los Duques de Frías (anterior Alcázar) que actualmente es el Parador de Turismo.


En su interior, un magnífico patio plenamente renacentista, de blanco mármol,


está en claro contraste con las almenas de la fortaleza del antiguo alcázar condal


y con la decoración mudéjar de su capilla, cúpulas y zócalos.


Paseando por Zafra no nos faltarán pues las agradables sorpresas, en forma de edificios religiosos, de puertas en las murallas, de bonitas calles con alegres fachadas



Y también encontraremos el entrañable recuerda de esa gran persona, valiente y muy valorada escritora que ha sido Dulce Chacón, nacida en Zafra y fallecida el 3 de diciembre del año 2003







viernes, 25 de enero de 2008

Extremadura: Fregenal de la Sierra, El Temple en Extremadura (2º)


Fregenal de la Sierra, es un nombre muy interesante para un pueblo que además tiene mucha personalidad. Está en los límites de Sierra Morena, al norte de la provincia de Huelva, rodeado de frondosas dehesas donde reina el cerdo ibérico principal fuente de riqueza de estas tierras.


Esta situación geográfica hizo que durante muchos siglos, del XIII al XIX perteneciera al reino de Sevilla hasta que, a partir de 1833, se convirtió en población extremeña.

Lo más aconsejable nada más llegar a Fregenal es subir, a 6 km. del pueblo, a la Ermita de la Virgen de los Remedios... patrona muy amada del pueblo


Donde se venera su imagen gótica en un rico camerino

El Santuario fue edificado en el XVI-XVII sobre los restos de una antigua ermita mudéjar


Pero hay otro hito muy importante en su historia y es que, en 1283 y hasta la extinción de la Orden, Fregenal estuvo bajo el poder del Temple que marcó fuertemente su recuerdo.

en los muros y torreones de la imponente fortaleza, rodeada de siete torres, entre las que destacan la del Homenaje y la del Polvorín


Algo totalmente inusual fue que, en el s. XVIII, dentro de la fortaleza y, en lo que fue enorme Patio de Armas, se instaló de forma permanente una Plaza de Toros formando un conjunto único

Remarcado por la cúpula de la iglesia de Santa María de la Plaza, la iglesia mas antigua y monumental del pueblo.




Pero Fregenal también tiene blancas calles, donde encuentras preciosos conventos, como el de La Paz de las Madres Agustinas (del año 1608)


Y rumorosas fuentes
Como la de La Fontanilla

rematada por el recuerdo a la virgen

Y por último, en Fregenal de la Sierra nació uno de los personajes más sabio y enigmático de nuestra historia, el gran Humanista del s. XVI, don Benito Arias Montano, tan apreciado y consultado por el rey Felipe II y que en la cercana Alájar, en plena sierra de Aracena, encontró paz y refugio para sus trabajos. En la Peña que lo acogió y que se conoce por su nombre, un blanco y solitario Arco de tres ojos, se abre silencioso a la soledad del horizonte...

¡¡Algún día tendremos que volver por aquí!!..







martes, 15 de enero de 2008

Extremadura :Jerez de los Caballeros. El Temple en Extremadura 1º


A mediados del siglo XIII, cuando Fernando III el Santo, reconquistó Sevilla, en recompensa por la ayuda que le habían prestado regaló a la Orden del Temple un enorme territorio, de unos 3.000 Km.2, entre Badajoz y Sevilla y que comprendía cuatro importantes fortalezas: Alconchel, Burguillos del cerro, Jérez de los Caballeros y Fregenal de la Sierra.
Aquí se constituyó una de las mayores encomiendas de la Corona de Castilla que tuvo por sede a Jérez de los Caballeros, llamada así en honor de los Caballeros o monjes-soldados del Temple

Los Caballeros ampliaron y extendieron su fortaleza y la amurallaron, de forma que dominaba el pueblo y así Jerez llegó a ser muy importante, pero no sólo por su poderío militar sino también por las ricas tierras de pastos y dehesas que le rodeaban y pertenecían

y que le dieron el prestigio suficiente para ser considerado cabeza de la encomienda,

y que hoy sigue impresionando y evocando leyendas tan extendidas como la de la Torre Sangrienta, donde dicen murieron los últimos templarios que no querían obedecer el mandato de disolución de su Orden en 1312...

Lo cierto es que tras la desaparición del Temple, Jerez pasó a pertenecer a la Orden de Santiago y, junto a su gran recinto amurallado, las torres de sus magníficas iglesias barrocas le dieron el definitivo perfil, que hoy nos asombra,


Como la de san Miguel, la de San Bartolomé y la de Santa Catalina


Tan bellas que, sólo ellas, ya justificarían sobradamente una visita detenida a Jérez de los Caballeros.