viernes, 22 de abril de 2016

El cementerio judío de Segovia


Vamos a visitar la necrópolis judía de Segovia

Segovia, ya lo he dicho varias veces en mis numerosos post sobre ella, es sorprendente. Pocos
lugares tienen tantas y tan diversas rutas para hacer a pie dentro de la misma ciudad... En esta ocasión nos situamos en la Juderia Vieja, eje principal de la aljama hebrea, donde estaba situada la casa-palacio de Abraham Sennor que fue el personaje más notable de la judería segoviana y que hoy es el Centro didáctico de la Judería.


 El barrio se comunicaba con el valle del Clamores a través de la puerta de San Andrés y en la ladera de este valle es donde se ubica el cementerio judío... Cuentan las crónicas que aquí se reunieron los judíos por última vez antes de partir de la ciudad en su forzado exilio.

A la izquierda se distinge perfectamente la puerta de San Andrés y el adarve de la muralla
  Por razones de salubridad y por tradición - según leemos en el oportunisímo folleto que nos facilitan en la Oficina de Turismo y que es fundamental para hacer una buena aproximación a un lugar tan especial - las necrópolis se situaban fuera de las poblaciones, a ser posible a un mínimo de 50 pasos de la última casa en lugar elevado, orientado al este, y que un río o arroyo separara a los vivos de los muertos. Todo eso se cumple sobradamente aquí, en Segovia.

Textos: Alcázar Rus Ruiz. Plano Juan Cabrero. Fotos Jorge Soler Valecia/Empresa Municipal de Turismo de Segovia

 Una vereda que parte junto a la Puerta de San Andrés es por donde descendían los entierros hasta cruzar el arroyo Clamores por el puente de la Estrella


Lo primero que llama nuestra atención al empezar el descenso es una columna de granito en recuerdo del Magister Johannes Parix de Heildelberg, tipógrafo alemán que, a mediados del siglo XV,  vino a Segovia a instancias de su obispo Juan Arias Dávila (de prestigiosa familia judeo conversa de la ciudad)  con el fin de imprimir, según el sistema inventado por Gutemberg,  los libros necesarios de gramática, lógica y  filosofía moral para el Estudio General fundado en la ciudad. Así fue como, en el pueblo segoviano de Aguilafuente, se llevó a cabo la primera impresión en España de un libro con este nuevo y revolucionario método. Son las actas de un sínodo diocesano allí celebrado. Era el año de 1472 y se conserva en el archivo catedralicio. con todos los honores, junto a otros quinientos valiosos incunables (así se denominan los libros impresos desde el invento de la imprenta al año 1500).


La casa donde se instaló la primera imprenta en Segovia se conserva en la calle Velarde con una lápida que así lo recuerda. pero Juan Paris vivió en esta zona por la que ahora descendemos, y
creo que sería una buena idea que hubiese algún panel explicativo de la razón, tan merecida, de esta columna conmemorativa.

 Es pues un buen inicio de este camino por el  que seguimos bajando, mientras vemos al fondo el imponente edificio del antiguo matadero de época medieval, llamado Casa del Sol y que ahora es un precioso y muy recomendable Museo de Segovia...


Y cuando el camino se divide en dos debemos continuar por la izquierda, pasando por delante de esta deliciosa fuente para seguir descendiendo hasta el valle del río Clamores.


El Clamores es un pequeño afluente del Eresma, al cual se une bajo la ciudad segoviana, de forma que el Alcázar se levanta sobre el gran cerro creado por la erosión de ambos ríos. Lo que sucede es que, al principio del siglo pasado el Clamores fue paulatinamente soterrado y aunque estamos ahora en su valle no podemos verle... y su bello puente es un nostálgico lugar que echa de menos el rumor de su agua


Leemos: "El valle del arroyo Clamores era lugar de tenerías y huertas. Paso obligatorio entre la aljama hebrea y su necrópolis. El Puente de la Estrella hacía de enlace entre el lugar de la vida y el de la muerte, con el agua como elemneto purificador".




 Una vez cruzado el puente seguimos ahora ascendiendo por la ladera opuesta


 Y cruzamos la carretera (Cuesta de los Hoyos en el plano) por debajo, a través de un túnel





 y a su salida ya estamos en el cementerio



En realidad no se sabe desde cuando empezó a ser utilizado, pues aunque está documentado que desde 1215 existía población judía en la ciudad, la primera mención escrita del que llamaban "fonsario de los judíos" es de 1460. Es decir, poco antes de su expulsión, a no ser que se convirtieran al cristianismo, por orden de los Reyes Católicos en 1492. Tras su marcha  los Reyes entregaron el cementerio al Concejo de la ciudad, pero con la condición de que lo mantuviesen libre de usos agrícolas o ganaderos. Y al año todas sus piedras y lápidas fueron donadas al Monasterio de Santa María del Parral sin que se sepa que fue de ellas.

 A mediados del XIX todo el lugar fue plantada de pinos que, al no medrar demasiado, han dado lugar a que se conozca la zona como "el pinarillo". Desde aquí hay una magnífica vista de la muralla, la judería y de la Catedral dominando el caserío.



 Hay muchos estudios arqueológicos sobre la zona, pero sigue habiendo muchas incógnitas y la desaparición de las lápidas fué una gran pérdida, pues no existe ningún  dato epigráfico. El último estudio, en 2010,  realizado con todos los adelantos sobre métodos no intrusivos ni destructivos ha revelado que la extensión de los enterramientos era de 4,7 Has.

Lo que ahora se puede observar son dos tipos de enterramientos: las cuevas o cámaras hipogeas y los sepulcros en fosas. De las primeras,  abiertas en la roca caliza, se han descubierto 26 y de los segundos, también excavados en la roca a diferentes profundidades y de varios tipos, 50.








 Es un emotivo recorrido, con insólitas  perspectivas, como la del Alcázar, tan diferente a como suele verse, junto a la Casa del Sol


y aunque sea un poco laborioso creo que el camino debe hacerse tal y como ellos lo hacían por la ruta que hemos ido viendo... Pero quizá al regreso pueda hacerse más cómodo saliendo a la Cuesta de los Hoyos (la que antes pasamos por debajo) y que vemos en la foto inferior. Seguirla unos metros a la derecha hasta la primera plaza (del Espíritu Santo) y girar a la izquierda por el Puente del Santo Espíritu, hasta llegar al fondo donde hay una fuente adosada al muro; unos escasos metros más,  a la izquierda, y nos encontramos con unas escaleras que nos conducen al Paseo del Salón, y desde ahí, por la Puerta y la calle del Sol a la Judería Vieja y a la calle Cervantes que desemboca en la Plaza Mayor.



 Como siempre, apenas me he ido de Segovia y ya estoy deseando volver.


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons






























domingo, 17 de abril de 2016

Jardines de La Granja de San Ildefonso

 Jardines de la Granja de san Ildefonso

 Vamos a pasear tranquilamente por un lugar encantador al que se llega por preciosos paisajes



Se trata de los Jardines del Palacio de la  Granja de San Ildefonso en la provincia de Segovia


Felipe V, primer Rey Borbón de España  mandó contruir un Palacio y unos jardines que le recordaran  los de Versalles y los de Marly, donde había sido educado a la sombra de su abuelo Luis XIV, el Rey Sol de Francia, y para ello eligió un precioso rincón segoviano a los pies de la Sierra de Guadarrama.

 

Años después de su llegada a España (en 1700) y aquejado de una melancolía que incluso le hizo abdicar del trono durante un tiempo, Felipe V y su segunda esposa la italiana Isabel de Farnesio, decidieron crear, entre 1721 y 1739,  un Palacio al gusto europeo de la época, rodeado de un espectacular jardín.

El lugar estaba cercano a Segovia y  de otro lugar llamado  Valsaín, que ya había sido elegido como espléndido cazadero por Enrique III (rey de Castilla entre 1390 y 1406)  con  una casa  conocida como "Casa del Bosque" que era un refugio de los monteros y, donde  más tarde, Felipe II levantó un espléndido Palacio primero de los Palacios Reales que se han construído en España y del que ahora sólo podemos apreciar unas tristes ruinas.


Palacio de Valsaín en 2014. Fotografía de Carlos García Fernández en Wikipedia
 Pero volvamos al siglo XV y a los Trastamara, cuando el príncipe Enrique (futuro Enrique IV) también gran aficionado a la caza en estos lugares tan bellos y recónditos hizo construir, en 1450, a unos 5 kilómetros de Valsaín una casa y una ermita consagrada a san Ildefonso, al parecer como agradecimiento por haberle salvado del ataque de una fiera.   Casi treinta años después, los Reyes Católicos donaron casa y santuario a los monjes jerónimos del Monasterio de El Parral de la ciudad de Segovia, los cuales, a mediados del XVII, levantaron sobre aquella sencilla donación una granja y una hospedería ... Así nació el lugar conocido como La Granja de San Ildefonso...que tres siglos después conoció, durante una jornada de caza Felipe V que, enamorado del lugar, se lo compró en 1720 a los jerónimos.

Los jardines

Otro dia visitaremos el Palacio pero hoy sólo vamos a pasear por sus jardines. Nada hubo en ellos de la tradición jardinera española, pues el rey francés y la reina italiana querían evocar en ellos los de los castillos de Francia y los de las villas de Italia. El jardín considerado como obra de arte, por la intervención del hombre sobre la naturaleza, es muy diferente según las distintas culturas. El jardín francés, por ejemplo, es como un salón palaciego al aire libre, y el italiano como un teatro en el cual las estatuas de piedra o metal representan escenas mitológicas, y son acariciadas por el agua,  sobre un fondo de árboles frondosos, como los álamos y los castaños de indias que en otoño  incendian de color  La Granja.

Se construyeron  bajo la direccion de Renato Carlier, escultor, y de Esteban Boutelou, Jardinero Mayor y principalmente por los escultores René Frémin y Jean Thierry, ambos franceses que habían trabajado en los jardines de Marly, otro de los bellos refugios del Rey Sol. El mármol era procedente de las canteras de Macael en la sierra de los Filabres (Almería)




 Nos van a sorprender en nuestro paseo 26 fuentes y 56 estatuas, unas de auténtico mármol y otras en plomo,  pintadas de blanco para imitarle, como las pequeñas esculturas de niños con diversos animales o esfinges, o  de color cobre para imitar el bronce, especialmente para  las que se encontraban más en contacto con el agua.  Periódicamente todas se restauraban y pintaban con un proceso muy laborioso.




Fuente de los Baños de Diana. De 1742, según planos de Santiago Bouseaux, ejecutados por Dumandré y Pitué

Se considera la obra maestra de la jardinería de San Ildefonso, conocido como "el Parterre de la Fama"
Estas  monumentales fuentes tienen nombres propios como "La carrera de caballos", "La cascada", "La fuente de los vientos", "La fama", "El canastillo", "Las ranas", "Los baños de Diana".. . todas con temas mitológicos como si de una representación teatral de los mitos se tratase.

 

 

San Ildefonso de La Granja es, en todas las época del año, un bello lugar para el descanso y el paseo pero hay un momento especialmente hermoso, cuando se recuperan los preciosos y originales juegos de agua con los que fueron dotadas sus fuentes. Como depende del caudal de agua disponible la frecuencia varía de un año a otro, con lo cual lo mejor es llamar previamente para informarse bien.

 Acariciadas y envueltas por el agua, las estatuas brillan como devueltas a la vida  en el sutil y transparente vapor que todo lo envuelve y el Arco Iris crea su mágico mundo de color. Es un espectáculo fascinante.

 Tanto amó el Rey este lugar que deseó ser enterrado en él y no en el Panteón Real del Monasterio de El  Escorial y así, podemos ver su sepulcro y el de su segunda esposa la Reina Isabel de Farnesio,  en la Colegiata que hay junto al Palacio.


 El lago y el laberinto

También, dentro de los románticos jardines, en la parte más elevada de los mismos, existe un precioso lago artificial, que es un gran depósito de agua para surtir las fuentes, que recibe, merecidamente, el nombre de "El Mar", el cual puede bordearse en un largo y tranquilo paseo que, aconsejamos, no perderse.

 



Y como todo jardín francés que se precie tiene también un gran "Laberinto"





Nota.- Para mayor información, el telé­fono del Patrimonio Nacional de La Granja es 921-47-00-19/20


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons





viernes, 8 de abril de 2016

Cañón del Rio Lobos


Estos dias largos y primaverales son ideales para viajar y un lugar muy adecuado es el Cañón del Río Lobos. .


El Mirador de la Galiana

Situado en  El Parque Natural del Cañón del Río Lobos, es uno de esos lugares inolvidables que reúnen todo un espectáculo de la Naturaleza y también una inesperada sorpresas de Arte. 



 Se encuentra en la provincia de Soria y está considerado como uno de los complejos cársticos más bellos del sur de Europa. En el pueblo de Ucero, a la entrada del Cañón y al pie de su castillo, se encuentra el Centro de Interpretación del Parque.

  El río Lobos, nace en tierras burgalesas y cuando entra en las de Soria, crea, a lo largo de treinta kilómetros, un paraíso insólito de humedad y verdor, en el que pinos, enebros, sabinas, jarales, álamos y sauces son sobrevolados por buitres leonados, águilas, halcones y alimoches.

En el fondo de este bellísimo cañón, reinó durante siglos la más absoluta paz y el suficiente silencio para ser un lugar de recogimiento y búsqueda de la divinidad, así que primero existió allí un oratorio en un castro celta y después los monjes Templarios  levantaron sobre él, un Monasterio en honor de San Juan de Otero, del que únicamente queda una ermita en honor de San Bartolomé.

Una magia especial rodea el fantástico escenario de grandes farallones calizos que rodean y enmarcan la pequeña ermita románica, con sus canecillos iniciáticos, el puente, el río y la boca de una gran cueva... Leyendas de aparecidos templarios y de milagros de luchas en tierras fronterizas propician las visitas de amantes de lo esotérico. 



Cuando descubrimos la ermita es una sorpresa, como si de una aparición se tratase.



 O un mágico sueño.



 Como el decorado de una leyenda medieval
con la gran cueva que se abre frente a ella




 Un lugar de misteriosa belleza, cuajado como es lógico de leyendas y que invita al sosiego...por lo cual es aconsejable no acudir en fines de semana.



También se dice que está edificada justo en un lugar equidistante de los dos puntos más al norte de la península, los cabos de Creus y Finisterre.


 Construída en sillería de  piedra caliza en la primeras décadas del siglo XIII en un románico tardío,



 son de destacar los similares óculos de los hastiales norte y sur

Cinco corazones entrelazados dibujan, interiormente, una estrella de cinco puntas  cuyo centro es un pentágono.
En la arquivolta más exterior hay 66 estrellas de 6 puntas de diamante intercaladas con bolas, éstas también suman 66.




El símbolo de la estrella pentagonal, llamado pentalfa, tiene muchas interpretaciones esotéricas, entre otras era la representación de los pitagóricos.



 Por dentro es muy austera, con planta de cruz latina y en ella además de a San Bartolomé se venera a la Virgen de la Salud y al Cristo de la Agonía.


Centro de Interpretación en Ucero. Telef. 975 363 564 y 975 363 507



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons