lunes, 31 de agosto de 2009

Madrid (Regreso del verano)

Regreso de las vacaciones...



Un largo mes de relax total en un pueblo de la Comunidad de Madrid, en la alcarria madrileña,


sobre los cerros que dominan la campiña del Henares,


con el mágico cerro-testigo de San Juan del Viso, a nuestra derecha


desde cuya plana cumbre se divisa un horizonte sin límites



las torres de Madrid y al fondo, muy al fondo, los montes azules de la Sierra de Guadarrama...



Muchos largos paseos,



muchos preciosos atardeceres



y amaneceres

Las plantas de los caminos

El patio tan acogedor



y el agua azul de la piscina



Y el sol bajo los toldos y los árboles




Y hoy ya nos reciben los bonitos y urbanos cielos de Madrid

Enseguida empezaré a llenar nuevas hojas del blog...

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Un palacio para una ciudad (1º)

LA CALLE DEL ARENAL, CAMINO DE LA PLAZA DE ORIENTE


Mientras preparo un viaje a Soria con ocasión de la Exposición de las Edades del Hombre, voy a contar, en este blog viajero, algunas cosas que el otro día ofrecí al hablar de la Plaza de Oriente y su entorno (ver Madrid capital: Plaza de Oriente y Teatro Real)
 


Para llegar a la Plaza nos situamos en la calle del Arenal, que parte de la Puerta del Sol, y es de las más antiguas de Madrid...una calle llena de vida y de historias, que hace poco se ha convertido en peatonal y que hace siglos era eso, lo que su nombre nos dice: un arenal, un barranquillo al que vertían
sus aguas pequeños cauces a derecha e izquierda en época de lluvia y, en las de sequía y calor, arenas y tierra que lo terminaron convirtiendo en un accidentado camino lleno de polvo...



Un arenal situado a extramuros de la muralla árabe, en un arrabal donde se construyó entre los siglos XI-XII una humilde iglesia mozárabe dedicada a san Ginés de Arlés...que fue dando entidad a la zona y que tras largo historial de ataques, robos, hundimientos e incendios, ha logrado llegar hasta nosotros cambiado su aspecto pero permanente en su espíritu...


Y los antiguos arroyuelos que llegaban hasta aquí son ahora las calles que la cruzan...Muchos de sus nombres nos remiten a sus orígenes, como sin duda sucede con la calle de Bordadores, por los muchos talleres de bordado que aquí existían y de uno de los cuales se cuenta la anécdota de que, la mismisima santa Teresa les encargó un manto para san José, y cuando ellos le entregaron una auténtica maravilla y además no quisieron cobrarla, ella les dijo: "¡No toman oro, quiénes dan oro!"





Y la de las Fuentes que además cuenta con el honor de ser la calle donde primero se alojó Pérez Galdós a su llegada a Madrid en 1862.





La de las Hileras que nace en la plazuela de Herradores




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y muere, cruzando Arenal, en la plaza de San Martín, debe su nombre, ya presente en los más antiguos planos de Madrid, a una doble hilera de álamos que bordeaba su paseo...y hasta se afirma que el rey Fernando III el Santo, paseó muy a gusto entre ellos





Y también permanece un local que en tiempos fue teatro, el Eslava, del que mucho se podría hablar



Y un Palacio, el de Gaviria, en el número 9 de la calle, que fue inaugurado a mediados del siglo XIX con un magnífico baile en honor de la reina Isabel II, buena amiga del marqués de Gaviria,

y que lució con todo esplendor durante años...hasta que fue paulatinamente abandonado y sufrió su lenta ruina; en la década de los 90 del pasado siglo una entidad privada lo adquirió y se hizo una gran restauración en su planta principal, pensando en devolverle su esplendor y convertirle en un centro de referencia que ocupara el lugar cultural y artísitico que tuvo; actualmente es un anexo de la sala de fiestas que ocupa el teatro Eslava...pero su exterior y accesos no permiten facilmente evocar su belleza


Y por fin os contaré que en la calle del Arenal, en el número 8, estuvo situada la famosa pastelería del emprendedor don Carlos Prast (su hijo fue alcalde de Madrid) lugar donde el padre Coloma ubicó al famosísimo Ratón Pérez que siempre trae un regalito a los niños que guardan debajo de la almohada su diente perdido...


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Él recogió la ancestral tradición, bastante universal, por la cual los padres con el rito de enterrar o guardar el dientecillo de leche de su bebé, para que lo recogieran los roedores o algún otro animal, les pedían que la dentadura definitiva del niño fuese fuerte y duradera como garantía de buena salud.



En este mismo edificio se encontraba como hemos dicho la tienda donde, dentro de una caja de galletas vivió toda la familia del Ratón Pérez. Hoy, un encantador espacio en la primera planta, nos evoca a este entrañable personaje conocido en todo el mundo.

 

Casita-Museo de Ratón Pérez. calle Arenal 8, 1º. telef. 91 522 69 68
www.casamuseoratonperez.com



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

sábado, 1 de agosto de 2009

Un palacio para una ciudad (2º)

Esta hoja del blog, con una parte de la historia de Madrid, está dedicada hoy muy especialmente a Luna, una preciosa madrileña que llegó ayer 31 de julio al mundo, en esta ciudad de cielos tan bellos como ella y en la que seguro va a ser muy feliz.



La calle del Arenal que hemos seguido desde la Puerta del Sol, desemboca en la actual Plaza de Isabel II, que hace siglos era una profunda barranca (hay que fijarse en el notable desnivel de la calle Escalinata) conocida como "Los Caños del Peral". por la gran fuente de granito (de La Cabrera) cuyos caños surtían los lavaderos públicos que allí existían desde antes de 1600. Así se aprovechaban sus aguas y las de los manantiales subterráneos que, bajo la calle del Arenal, corrían (¿correrán aún?) camino del Manzanares...


Madrid afortunada poseedora de ricos manantiales... "Fuí sobre agua edificada...mis muros de fuego son"
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según dice el lema que podemos leer en Puerta Cerrada,



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en alusión a la gran cantidad de agua de su subsuelo y al pedernal de las piedras con las que se construyeron sus murallas, que brillaban al caliente sol de la meseta y soltaban chispas al rebotar las flechas enemigas...


Pues bien, la fuente de los Caños del Peral apareció bien enterrada en 1991 cuando se realizaron obras en el Metro de Ópera, tenía 25 metros de longitud y estaba en perfecto estado de conservación...actualmente se encuentra escondida detrás de uno de los andenes...¿Tendremos ahora suerte los madrileños y la sacarán a la luz las nuevas obras?...

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Obtenido del imprescindible libro:"Guía del plano de Texeira (1656)"de María Isabel Gea.

En la misma zona se construyeron baños y balnearios y era lugar muy frecuentado por los madrileños, por lo que se convirtió en destino de compañías de teatro ambulantes, sobre todo italianas, que desde 1704, y en un tablado levantado junto a los lavaderos, llevaban a cabo sus representaciones con gran éxito de público... Esto hizo que un empresario italiano, en 1737, se decidiera a levantar un teatro en el mismo espacio que hasta ese momento ocupaban los lavaderos y que tomó su nombre: Teatro de los Caños del Peral.

Este nuevo teatro se inauguró en 1738 y vivió momentos de gloria hasta su cierre en 1806 y posterior demolición por amenaza de derrumbe en 1818.


Después se organizó, en esa gran barranca, una plaza (para lo cual hubo de alzarse 8 metros el nivel del suelo) y, sobre el solar dejado por lavaderos y teatro, empezó a levantarse el Teatro Real... Su fachada posterior da a esta plaza llamada de Isabel II y, a veces la decoran de formas muy originales





La entrada principal mira a la Plaza de Oriente, frente al Palacio, así que luego hablaremos de ella.

Por aquí pasaba la muralla que acogía todo el recinto medieval del siglo XIII. Y podemos verificarlo con dos testimonios: uno los restos que se encuentran en la planta baja (junto a los aseos) del restaurante situado en el número 3 de la plaza

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Y otro testimonio es el edificio de la calle Amnistía, muy visible desde la calle Escalinata, que siguió la forma del torreón de la muralla que le sirvió de base.




Ahora todo está nuevamente en remodelación y, por tanto, no podemos contemplar la estatua de Isabel II que fue colocada aquí solemnemente el día de la inauguración del Teatro, en 1850, ya que su pasión por la música fue decisiva para su creación. La escultura fue costeada y regalada por don Manuel López de Santaella, y el pícaro pueblo madrileño, sospechando de esta generosidad, puso al día siguiente esta copla a los pies del monumento: "Santaella, de Isabel / costeó la estatua bella,/ y del vulgo el eco fiel/ dice que no es Santo él,/ ni tampoco Santa ella".

Y en esta plaza se construyó
en 1920 el Real Cinema, una de las primeras salas de cine de la ciudad...que afortunadamente aún resiste.



Y ya desde aquí nos vamos hacia la Plaza de Oriente...para contar, tranquilamente, su historia.



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.