domingo, 3 de junio de 2012

México D.F., Museo Arte Popular

MUSEO DE ARTE POPULAR


Alebrije en el Museo de Arte Popular
 El Museo de Artes Populares está situado muy cerca de los jardines de la Alameda, un hermoso paseo  
 
Paseo de la Alameda
Una oportuna placa nos cuenta que “Durante el segundo Imperio la Emperatriz Carlota lo embelleció con una rosaleda y tapizó los prados con pasto, En 1868 se cegaron las acequias de agua cenagosa (…) y en 1892 se instaló en él la luz eléctrica”,


Todos los datos -nos recuerdan- están sacados de la síntesis de una monografía sobre la Alameda escrita por don Artemio del Valle Arispe. 



El Museo se abrió al público en 2006, en un edificio construído en 1927 en estilo 
Art deco como Parque de Bomberos por el arquitecto Vicente Mendiola. En el   patio central se estacionaban los coches de bomberos y en sus tres pisos se ubicaban las oficinas. En el exterior destaca una torre en la esquina con una luz en la parte superior que se usaba para dar aviso de las emergencias.

 En la década de los 80 se abandonó su utilización porque  el crecimiento de esa parte de la ciudad ya no lo hacía adecuado y fue después muy dañado por el terremoto de 1985. Afortunadamente en los 90 se rescató el edificio con la idea de albergar en él una gran colección artesanal, proyecto que corrió a cargo de Teodoro Gonzalez de Leon quien lo restauró y actualizó. 

Ahora es un lugar donde sobre los fondos blancos triunfan, totalmente, los más variados colores y formas artesanas en singular armonía; una fiesta visual y un canto al buen gusto en todas sus manifestaciones de arte popular.



El árbol de la Vida 



 

Pero una vez al año, desde 2007, los Alebrijes, criaturas fantásticas, salen a la calle









Los Alebrijes salen a la calle
 
Con motivo del Día de Muertos (2 de noviembre) el Museo organiza, varios dias antes, un desfile con estas criaturas enormes y fantásticas y desde el Zócalo las conduce a la acera central del Paseo de Reforma, entre las glorietas del Ángel y la de Diana
 





Allí quedan instalados  ¡una gozada de colorido e ingenio! 

Don Quijote cabalga por Reforma



Como toda artesanía en México tienen un origen ancestral, pues el tallado en madera se dio entre los zapotecas en la ciudad de Oaxaca…Y por allí  sigue esta tradición. 

 Pero un artista más actual, Pedro Linares López, ha sido el inventor y artífice de esta nueva magia. Él, en 1936, estuvo tan grave que pensaba ya en morir, hasta que soñó que estaba en un bosque rodeado de fantásticos seres o animales imaginarios que lo devolvían de nuevo a la vida, mientras oía como una multitud les gritaba “¡Alebrijes, alebrijes!”…(He encontrado un origen muy curioso de esta palabra que se utiliza en “caló”, el lenguaje propio de los gitanos españoles, y que quiere decir: cosa enredada y difícil, de tipo confuso o fantástico…).  


A partir de ese momento, Pedro Linares se dedicó a perpetuar a sus criaturas soñadas y los creó en diferentes tipos de papel o de madera tallada y pintada…todo con esos colores vivos, luminosos en puro contraste, que forman parte del alma de México…Sostenidos en su gran volumen por una estructura de alambres o carrizo, han entrado por la puerta grande del Museo de Arte Popular.

Interior de un alabrije


 A Pedro Linares le concedieron, con todo honor, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1990 y hoy sus hijos y nietos continúan creando esta artesanía.
Revillagigedo 11, esquina con Independencia
06050 Ciudad de México, Distrito Federal, Mexico

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

3 comentarios:

Mercedes dijo...

Qué bonito, María Rosa.
Esto viajes tuyos a México son enviadiables, debes disfrutar mucho. Lo bueno es que luego haces estos artículos tan interesantes y bien contados, que parece que estemos allí...
Me han encantado estas figuras, con esos colores tan alegres, y su historia.

director responsable de obra dijo...

Estan muy bien estos alebrijes, yo desconocia que estaba esta exposicion, y creo que vale la pena visitarla

Fernando dijo...

Hermosa historia y grandes figuras. Me acuerdo cuando recorrimos la calle haciendo las fotos a los alebrijes.