Y es que este parque no es un parque cualquiera... es, nunca mejor dicho: un Capricho...y ahora cuenta con una novela dedicada a él, desvelando un poco su vida, con sus pequeños secretos ligados a los de su vitalista y culta creadora, María Josefa de la Soledad Alfonso-Pimentel y Téllez-Girón, Condesa-Duquesa de Benavente y Duquesa de Osuna por su matrimonio con Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco IX duque de Osuna. Ella nació en Madrid en 1750 y falleció en la misma ciudad, que tanto la gustaba, en 1834 .
Pero fue en 1783 cuando María Josefa (Pepa para sus amigos) inició un ambicioso capricho: la construcción, en las afueras de Madrid, de un palacete magnífico rodeado por una finca de recreo al que, con toda justicia, la Duquesa de Osuna llamó "Mi Capricho", y que ha llegado a nuestros días conservando parte de su antiguo esplendor y con el mismo nombre: "El Capricho de la Alameda de Osuna", que hasta tiene una estación de metro muy próxima que también se llama "El Capricho" (línea 5)
El jardín es toda una fantasía con grutas, estanques, templetes, y románticos y umbríos paseos a la sombra de plantas exóticas y árboles raros. El palacio, aún no visitable, cuenta con un fastuoso salón de baile donde se dieron las mejores fiestas de Madrid.. pero también tenía una de las bibliotecas mas surtidas y selectas de la Corte (que años más tarde fue adquirida por el Estado y pasó a formar parte de la Biblioteca Nacional) y una gran colección de cuadros...especialmente los de un pintor del que los Duques fueron mecenas y amigos: don Francisco de Goya y Lucientes.
La novela acaba, como hemos dicho, con el fin de la guerra, el regreso de Cádiz de la Duquesa de Osuna, el re-encuentro con su destrozado Capricho y la solución del enigma de un cuadro de Goya que, en cierto sentido, es hilo conductor de la novela...
Pero la historia de El Capricho siguió...
Un nieto de la Duquesa, Pedro de Alcántara Téllez- Girón, fue del que se dijo que "murió de amor" en sus jardines, en 1844, cuando sólo contaba 33 años y era, por su exquisita formación (fue educado por su abuela) y acumulación de títulos nobiliarios, uno de los "mejores partidos" de toda Europa, pero permanecía soltero pues estaba rendidamente enamorado de su prima Inés de Silva Téllez-Girón, una de las mujeres mas bellas de Madrid... casada con el Marqués de Alcañices. En realidad la causa de la muerte fue un infarto cerebral... sufrido tras una frustrada entrevista con su amada en los jardines de "El Capricho". -
La prematura muerte del heredero de la Casa de Osuna hizo que el título pasara a su segundo hermano, Mariano Téllez-Girón y Beaufort que había nacido en Madrid en 1814 en el viejo palacio de la familia por las Vistillas de San Francisco...ese elevado espacio donde más tarde se construyó el Seminario. Pues bien este XII Duque de Osuna fue capaz, en treinta y ocho años, de arruinar completamente una de las fortunas mas importantes de España y de las mayores de Europa..
"Durante esos años, indiferente, distante, con el aire de infinito cansancio del "dandy", su vida era una sucesión de locuras y de lujos, en los que nada tiene medida, en los que nada tiene límite. Sus casas, todas sus casas, sembradas por las distintas regiones de España y por tantas capitales de Europa, preparan cada dia comidas para la gran mesa de gala, por si el señor llega inopinadamente. Un tren especial recorre cada dia Europa para llevar a San Petersburgo, desde Valencia, flores, para adornar la casa del Duque de Osuna, embajador de España en Rusia (de 1856 a 1862). Sus cocheros y lacayos ven adornar sus capotes con las pieles más ricas, las que son un lujo, en la lujosa Corte de los Zares. Cubos de champaña francés abrevan los caballos de los coches de los invitados a las grandes fiestas. En su palacio se sirve una comida a los zares y a toda la corte, en vajilla de oro, y los invitados ven con sorpresa como al retirar las mesas , los criados arrojan por las ventanas los ricos platos y bandejas que han sido utilizadas y que van a caer al Neva. Cuando llega la muerte para el de Osuna, el 2 de junio de 1882, los acreedores se lanzan sobre los bienes empeñados. Casas, fincas, palacios, cuadros, muebles, joyas, pasan de sus manos, que apenas se ocuparon de ellos, de sus ojos, que apenas les concedieron una mirada, a la pública almoneda. Años durarán los pleitos, en los que la Banca interviene, y a cuya sombra se hacen negocios y también se destrozan fortunas. A todos los vientos se reparten cuadros que dignos de figurar en museos. muebles en los que tallistas y ebanistas de fama trabajaron ricas maderas exóticas."
( "Cien madrileños ilustres" Obra realizada bajo el patrocinio del Excmo. Ayto. de Madrid con la dirección científica del Instituto de Estudios madrileños. Por José del Corral. Espasa-Calpe S.A. Madrid 1980, p.47)
Al morir sin descendencia además de los pleitos por su bancarrota que hemos visto se creó otro descomunal pleito por la sucesión de los mayorazgos que poseía... Su heredero resultaba ser el Duque de Alba el cual tenía otra cantidad ingente de títulos y "Grandezas de España", así que hubo una intervención de la Corona impidiendo la acumulación de tantos títulos en una sola persona y por tanto distribuyéndolos entre diversas familias...Fue entonces cuando el título de Duque del Infantado, que también poseía el Duque de Osuna (era el XV Duque del Infantado), pasó a la familia Artega Lazcano, en la persona de Andrés Avelino de Arteaga y Silva Carvajal y Téllez-Girón (1833-1910) sobrino del último Duque de Osuna y VII Marqués de Valmediano.
Desde la terraza de la Catedral de la Almudena, los Jardines de las Vistillas y el lugar que ocupaba el Palacio de Osuna, donde ahora se alza el Seminario Conciliar |
Detalles de las fachadas del Seminario Conciliar |
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los jardines que rodeaban la mansión de los Osuna fueron adquiridos por el ayuntamiento y son los actualmente conocidos como Jardines de las Vistillas
Quedan más cosas interesantes que contar de la singular mujer que fue sin duda la Duquesa de Osuna y de sus huellas en Madrid... pero quedan para otro día...
Nota.- Una buena amiga, experta en todo lo referido a Madrid, me ha indicado que una cosa era el Palacio de los Osuna y otra la Casa de la Cuesta de la Vega de los Benavente, donde al parecer residía el matrimonio...Espero poder documentarlo bien y cuando volvamos a hablar de otras huellas de esta extensa familia en Madrid, como del Palacio y Jardines de Anglona, dejarlo bien aclarado.
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3 comentarios:
¡¡cuantas historias entre los muros y las calles de Madrid!! No me extraña que saquen novelas. Mar
Hola María Rosa, bonita tu frase, estos jardines son un capricho... y bonito tu artículo que nos aclara tantas cosas.
¡Ojalá algún día podamos visitar el Palacio! y alguno de los Caprichos, con sus interiores decorados al trampantojo!
Esperamos la continuación.
Un capricho para los sentidos, sin duda, es pasear por el Parque el Capricho. Y Mariarosa, una vez más, trae al conocimiento de quien lo ignore, la oportunidad de vivir un par de horas de en sueño.
Gracias.
Avellaneda
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