Muy cerca de Santo Domingo de Silos, el río Mataviejas ha horadado las calizas de una estrecha garganta o desfiladero, para abrirse paso a través de la roca creando un pasillo estrecho y con paredes verticales que se elevan prácticamente pegadas entre ellas.
Esa ha sido la paciente obra de un pequeño pero tesonudo rio durante un larguísimo periodo de tiempo que se pierde entre la noche de los siglos pasados....Pero el ser humano, también tesonudo y persistente, ha hecho de las suyas y ha instalado una pasarela que permite hacer el mismo camino que el agua, pero unos metros más arriba.
Mientras los buitres surcan los nublados cielos
Los asombrados viajeros inician su camino
Y el asombro de la obra humana
No hay un solo rincón que no deje un recuerdo
A la salida aún no sabremos si lo hemos soñado o era realidad
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