Cuando atravesamos uno de los arcos que perdura de la muralla que protegió Peñaranda, descubrimos la bella Plaza Mayor en la que destaca, además de la fachada plateresca del Palacio de Avellaneda, la barroca de la que fue Colegiata de Santa Ana y que dicen fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón (1500-1577) por encargo, de doña María Enriquez de Cárdenas (h.1480- ?) viuda de don Francisco de Zúñiga (h. 1475- 1536), que obtuvo la licencia para su construcción en 1532 de su sobrino el Obispo de Osma
Y aquí hago un alto para comentar la dificultad de conocer bien las evoluciones de estos linajes, tan entrelazados, con nombres y apellidos repetidos durante generaciones o incluso distintos entre hermanos, por diferentes conveniencias...Un laberinto tan intrincado, que en el caso concreto de los Condes de Miranda del Castañar y Duques de Peñaranda lleva a continuas confusiones. Después de muchas consultas he tenido la suerte de localizar en la red el siguiente texto que recomiendo a quien quiera profundizar en el tema:
"El Ducado de Peñaranda. Su origen y desarrollo hasta la desaparición del linaje de los Zúñiga".
Memoria para optar al grado de Doctor presentado por Ana María Soler Navarro, bajo la dirección de la Doctora María Concepción Quintanilla Raso. Madrid 2009. ISBN 978 -84 -692-9953-1
Refiriéndose a la Casa ducal de Peñaranda confirma que tiene sus orígenes en la Casa condal de Miranda del Castañar.
Los iniciadores del ducado de Peñaranda de Duero fueron Juan de Zúñiga Avellaneda y Bazán (1541-1608) y María de Zúñiga y Avellaneda, VI condesa de Miranda del Castañar (1574-1630). Ella era primogénita y heredera de todas las cuantiosas posesiones de sus padres, entre ellas el Señorío de Peñaranda de Duero. El rey Felipe III le concedió a su marido, Juan de Zúñiga, que era también su tío paterno, el título de duque de Peñaranda, para todos sus descendientes.
Fue un personaje muy notable que en 1582 fue nombrado Virrey y Capitán General del Principado de Cataluña, cuyas costas defendió y salvó de los ataques de la Armada turca (que llegaron a desembarcar en Cadaqués) y desde 1586 a 1595 Virrey y Capitán General del reino de Nápoles, donde fue muy estimado y dejó muy buen recuerdo.
Fue uno de los Grandes de Castilla que juró, como Príncipe de Asturias, a Felipe IV en San Jerónimo el Real de Madrid (en 1608)
Pero tambien fue fundamental para Peñaranda de Duero, ya que tanto él como su esposa tenían mucha preferencia por residir siempre que podían en su Palacio y lo cuidaron y protegieron, creando un ambiente de nobleza en su entorno que ha dejado su impronta hasta nuestros días.
En 1593 restauró y embelleció la Iglesia de Santa Ana, iniciada en 1539, pero que estaba sin terminar (en realidad tardó 200 años en ser totalmente acabada) y antes de morir elaboró sus estatutos como Colegiata, cuyo título por Bula Pontificia consiguió en 1605.. También fundó el Hospital de la Piedad, el convento de los Carmelitas y concluyó el Monasterio de las Franciscanas Concepcionistas.
Finalmente él fue, al parecer, el que trajo de Italia las columnas que dan acceso al templo, e incluso algunas esculturas de busto que adornan su fachada...otras informaciones en cambio atribuyen ambos a restos arqueológicos hallados en la cercana Clunia
Lo que si procede de su estancia en Italia es la gran colección de reliquias depositadas en bellos relicarios y que posteriormente se distribuyeron, según su expresa voluntad, entre el Monasterio de San Pedro Regalado en La Aguilera (donde también pidió ser enterrado junto a toda su familia) y la iglesia de Santa Ana, donde se encuentran a ambos lados del Altar Mayor.
Sorprende de esta iglesia la gran altura de su cimborrio sobre el crucero, que si es notable desde el interior, aún sorprende más cuando se contempla el edificio completo desde el Castillo
El retablo mayor dedicado a Santa Ana 1738 |
Se atribuye a la Escuela de Ventura Rodríguez(1717-1785)
Desde el castillo el Palacio y la Iglesia |
Por último llama la atención esta lápida, en la que puede leerse: "Detrás de esta lápida está el corazón del excmo. señor don Cipriano Portocarrero y Palafox, conde de Montijo y de Miranda, duque de Peñaranda, etc. etc., cuatro veces grande de España de primera clase. Patrono de esta insigne Iglesia colegial. Falleció el 15 de marzo de 1859, R.I.P.
Lo entenderemos mejor si recordamos que a partir de 1666 los títulos de duques de Peñaranda y condes de Miranda fueron asumidos por los Zúñiga y en el primer cuarto del siglo XIX todos pasaron a la familia Montijo y posteriormente a la Casa de Alba...
Y haciendo un poco de memoria recuerdo mi post con la historia del precioso Castillo de Belmonte (Cuenca) que también perteneció a los Montijo y a los Alba...Allí escribí en enero de este año que:
Prosper Mérimée (París, 28 1803 – Cannes 1870) fue escritor, historiador, arqueólogo y traductor (...) En 1830 conoció a María Manuela Kirkpatrick, condesa de Montijo y madre de Eugenia, con la que entabló una gran amistad e incluso se dice que se inspiró en ella para su personaje de Carmen. De 1834 a 1860 ocupó el cargo de inspector general de monumentos históricos, y fue el que advirtió a la Emperatriz Eugenia del estado de deterioro del castillo, ya que en esa época era de su propiedad por línea directa de enlaces matrimoniales desde su fundación.
Ella encargó al arquitecto Sureda su restauración y posteriormente pasó en el castillo algunas temporadas como podemos ver en la visita.
Pero la guerra civil del 36 volvió a sumirle nuevamente en la ruina al ser primero cuartel y luego cárcel... Y así ha permanecido largos años hasta que en 2008 la Casa Ducal de Peñaranda - Montijo firmó un convenio con la administración local y se comenzaron las obras de rehabilitación del edificio exterior e interior, consolidando su estructura y recuperando todos sus magníficos artesonados. Se abrió al público el 16 de julio de 2010... El resultado hay que verlo para creerlo... Asi que pasen y vean...
También ha llamado mi atención que una capilla lateral, que no pudimos visitar por celebrarse una boda, esté presidida por un retablo con un cuadro de la Virgen de la Antigua .
Ninguna información he encontrado sobre ella, tan sólo en el trabajo citado de Ana María Soler Navarro hay una mención (p.216) a una capilla "la llamada “capilla del Indiano”, construida por don Jerónimo Martínez, y conocida con este nombre dado que este personaje vivió durante cierto tiempo en el Nuevo Mundo". Dada la devoción a esta advocación de la Virgen en el "Nuevo Mundo" tendré que enterarme en próxima visita a Peñaranda de si fue don Jerónimo Martínez quien pidió que fuera ella la que presidiera su enterramiento...
El tercer lugar para deternerse en la Plaza Mayor o de los Condes de Miranda es el rollo jurisdicional, tardogótico del XV, el único catalogado desde 1931 como conjunto histórico-artístico de la provincia de Burgos. Era símbolo de jurisdicción y señorío de la Casa de Miranda y estuvo siempre emplazado fuera del recinto amurallado pero en 1959 se trasladó a la Plaza Mayor. Se alza sobre una gradería de piedra y es una aguja muy bien labrada, con cabezas de león y tres escudos de los Zúñiga y Avellaneda; remata el capitel una veleta de forja castellana.
Muchas cosas notables hemos visto...y varias también muy interesantes nos hemos dejado ...El Convento del Carmen, el Monasterio de MM. Franciscanas Concepcionistas, el antiguo Hospital de la Piedad, la antigua botica Ximeno, la ermita de la Virgen de los Remedios...Definitivamente hemos de volver...
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3 comentarios:
Y como Peñaranda está tan cerca y me parece por tus fotos y comentarios digna de visitar también me pasaré por allí. Manolo
Manolo estoy segura que te va a sorprender la monumentalidad de este pueblo, uno de tantos pueblos que se merece una tranquila visita...Ya me dirás
María Rosa
Enhorabuena por tu blog!!! Siempre es un placer leerlo y me permites viajar desde mi ciudad hasa estos bellisimos lugares que merecen ser visitados.
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