martes, 19 de febrero de 2008
Paseando por la Ciudad Universitaria
Vamos a recorrer con calma una zona cargada de emociones para muchos madrileños que allí evocan sus años de juventud. Se trata de la Ciudad Universitaria, con una ya venerable historia de 81 años a sus espaldas
Auténtica Ciudad de las Ciencias y las Letras, es el fruto de un ambicioso proyecto personal del rey Alfonso XIII que así quiso conmemorar sus bodas de plata con el trono, en 1927. Buscando en primer lugar para su emplazamiento un espacio "de buen aire y de hermosas salidas", según el consejo nada menos que de Alfonso X el Sabio, se dispuso para ello de un excelente y amplio parque, aislado del centro aunque no demasiado alejado y bien comunicado pero, sobre todo, con el magnífico fondo de la Sierra de Guadarrama.
Más un destino aciago hizo que, a punto de ser terminado el ambicioso proyecto, destinado al estudio y la investigación para el avance de la humanidad, todo aquella belleza se convirtiera en desgraciado campo de batalla, frente de guerra, lucha fraticida, horror de trincheras y minas...
Al término de la guerra civil, 1939, toda la zona del Parque del Oeste y Ciudad Universitaria estaba arrasada y destrozada y hubo de iniciarse su total reconstrucción. Entre 1943 y 1945 se inauguraron la mayoría de las Facultades, no todas con igual fortuna arquitectónica, pero envueltas en el paisaje y rodeadas de una meritoria labor forestal, dirigida por Ingenieros de Montes y Jardineros, como don Cecilio Rodríguez (el jardinero que más ha embellecido Madrid) que lograron reconstruir la idea inicial de un gran parque.
Nuestros amigos los cedros, los álamos, las acacias, los pinos y las encinas nos acompañarán en todo el recorrido
Recorrido que iniciamos en un lugar emblemático, el Museo de América, situado en una colina llena de recuerdos. Destaca junto a ella la torre de la que fue iglesia de Santo Tomás de Aquino, cuyo altar mayor fue decorado con pinturas de José Caballero, el gran pintor onuvense, amigo de todos los integrantes de la Generación del 27 y también de Picasso.
Y en puro contraste el conocido como Faro de la Moncloa (inaugurado en 1992) cuya plataforma superior, de 400 m2, se eleva a 92 metros. Es un Faro de iluminación y comunicaciones y de acceso público para gozar de unas espectaculares vistas.
El Museo de América es digno de visitarse y tiene una gran cantidad de interesantes actividades...
pero también conviene rodear el edificio y ver primero, frente a él, una pequeña carabela,
que parece navegar por el cielo azul de Madrid
similar a la que que fue regalada en 1951 por Hispanoamérica y Filipinas en memoria de la Reina Isabel y que está ante el Centro de Cooperación Iberoamericana
Luego veremos el Monumento a la Hispanidad, inaugurado en 1970, realizado, en roca negra y aluminio inoxidable, por el escultor Agustín de la Herrán por encargo de una viuda bilbaína llamada doña Rafaela Azcue. Simboliza el encuentro entra la civilización americana y la española, creando entre ambas "un abrazo de amor que nos despierta a la vida", según el poeta Walt Witmann.
En otro de los laterales del Museo, sobre un pequeño estanque, se alza la estatua en bronce de Núñez de Balboa, descubridor del Pacífico
...un rincón de muy buenas perspectivas como puede verse...pero al que hay que procurar buscar "el lado bueno" para no ver la desidia y las pintadas que lo afean... ¡que pena!...Él contempla el Arco del Triunfo y el Cuartel del Ejército del Aire en la cercana Moncloa (en cuyo solar se alzó la Carcel Modelo demolida al acabar la guerra) .
Y para terminar esta primera parte del recorrido, hay que visitar, a la espalda del Museo, un templete que cobija a la Virgen Inmaculada
procedente del antiguo Asilo de Santa Cristina que se encontraba en este lugar...
desde aquí se contempla una relajante vista.
Notas- Museo de América, Avenida de los Reyes Católicos, 6. 28040 Madrid
Teléfono, 91/ 549 26 41 y 91/ 543 94 37