
En el norte de la provincia de Cáceres, separando Salamanca y Cáceres y llegando hasta la frontera con Portugal, la Sierra de Gata encierra uno de los mejores y más ignorados lugares de naturaleza en todo su esplendor y con pueblos que parecen de cuento porque han conservado su preciosa arquitectura rural...en otoño su belleza se multiplica porque sus laderas cubiertas de bosques de castaños y robles se encienden con un colorido sinigual. A todo ello se une el agrado de sus habitantes y su buena gastronomía.
Por todo ello es casi imperdonable que sólo le dedicaramos un día...con lo cual es firme la promesa de volver para estar más tiempo y disfrutar de sus muchas maravillas 
Lo primero que hacemos en la Sierra de Gata es subir a contemplar las ruinas de Trevejo tan atractivas en la distancia como en su cercanía...
Y su iglesia


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Con sus tumbas excavadas en la roca

Tras recorerlo todo con calma bajamos al pueblo de San Martín de Trevejo

y vamos al restaurante “Los cazadores” lugar muy recomendable, donde comemos estupendamente...y cómo suele decirse, bueno, bonito y barato

Luego mientras tomamos el café el dueño nos da una amplia y amena explicación de la utilización del dialecto que se habla aquí, el mañegu (manhegu) de lo que ya nos habíamos percatado al fijarnos que los rótulos de las calles y los indicadores de direcciones están en castellano y en mañegu.

Paseamos pausadamente el pueblo, su gran plaza con soportales

Con su original torre campanario

y la redonda fuente de la que surgen canalillos que recorren las largas calles con su rumoroso surco de agua por el centro



y llegamos hasta la calzada romana. Es un pueblo de los que te dejan huella.

Otra vez en los coches vamos a Torre de Don Miguel, otra de las joyas de la Sierra, que tiene unos callejones con cobertizos de lo más curioso.

Y una sólida y bien situada  iglesia
Y desde aquí vamos a Robledillo de Gata, otro de los pueblos más típicos de la zona y subimos hasta lo alto, donde está el ayuntamiento con nsu reloj

y nos asomamos, desde la iglesia, a un mirador abierto al paisaje de lo más  bonito.
Ya  la tarde va cayendo así que regresamos a Coria a cenar y descansar  porque al dia siguiente era el elegido para visitar Las Hurdes . Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.








































