miércoles, 14 de agosto de 2013

Santillana del Mar






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SANTILLANA DEL MAR PARA RECREARSE

Santillana del Mar es un lugar ideal para pasear y perderse sin ninguna prisa, saboreando cada rincón, cada casa, cada balcón, cada terracita..una verdadera delicia...y si además es verano pero está tenuemente nublado y es un dia entre semana... la dicha es completa

Un gran acierto conservar este lavadero abrevadero en mitad de la calle principal
Arriba Torre de Don Borja, del s. XV. Sede de la Fundación Santillana desde 1981. Abajo la Torre del Merino, del s. XIV, de carácter militar rematada con almenas, que era sede del Merino Mayor de las Asturias de Santillana, la jurisdicción más grande de Cantabria en la Edad Media


En la Casa conocida como de la "Archiduquesa" se ha instalado un original Museo del Barquillero...y venden también esta deliciosa golosina que tomó su nombre de la forma de los primeros "barquillos"...que recordaban a un pequeño barco..

Claro que lo primero que viene a nuestra memoria al llegar aquí es el nombre del Marqués de Santillana...¿Tiene que ver algo este bello lugar cántabro y el insigne Marqués del linaje de los Mendoza de Guadalajara?... Como ya hemos visto en otros post, don Iñigo López de Mendoza (1398-1458) ) fue el primer Marqués de Santillana por herencia de su madre, doña Leonor de la Vega, riquísima viuda que aportó a su matrimonio, con don Diego Hurtado de Mendoza. un gran patrimonio... entre el que se encontraba "toda la Merindad de las Asturias de Santillana".


Entrada a la Iglesia desde el claustro
 Pero la principal joya de Santillana es su Colegiata de santa Juliana, cuyo primitivo origen se remonta nada menos que a una abadía levantada en el siglo VIII en honor y para la veneración de las reliquias de una santa lejana - de Nicomedia de Bitinia en la actual Turquía - martirizada en la persecución de Diocleciano: Santa Juliana

Altar Mayor de la Colegiata


Sabido es que las reliquias de los santos atraían a multitud de peregrinos para implorar  ante ellas remedio a sus muchos males y también generosos donativos de los más ricos que, igualmente, querían conseguir los favores de la Providencia...Así que bajo la protección de Condes y Reyes se alzó la actual Colegiata en el siglo XII a imitación de la de Frómista... Y entre finales de este siglo y principios del XIII se construyó un espléndido claustro...

Perspectiva del claustro de la Colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar

Detalles del claustro
 España cuenta con una enorme y deslumbrante riqueza monacal. Algunos se han conservado erguidos y vivos a través de los siglos, otros guardan la nostálgica belleza de sus venerables ruinas y otros sólo muestran sus desnudos esqueletos  en los que apenas son reconocibles los pasados esplendores, pero todos tienen el encanto de su emplazamiento y el misterio de su historia y destino.



Detalles del claustro
Lo más importante de un Monasterio, el eje de su vida,  son la Iglesia y el Claustro. San Benito de Nursia que en el siglo VI determinó las reglas por las que debían regirse los monjesy  que durante siglos fueron seguidas fielmente, determinaba que el templo había de ser majestuoso y con decoración en sus capiteles y portadas... Así fue el arte -conocido como románico- adoptado por los monjes franceses, benedictinos de Cluny, que en el s. XI lo introdujeron en nuestra  península, y lo aplicaron también a los claustros: galerías porticadas que rodean un jardín  con fuente central, un espacio para  la meditación y el sano esparcimiento.

Los claustros también tenían  una función procesional para determinados actos litúrgicos y como enterramientos de abades y otros cargos del monasterio.

El claustro tiene un gran simbolismo y entre sus más bellas descripciones se encuentra la de Sicardo, Obispo de Cremona que, a finales del XII, identificaba sus cuatro lados con el desprecio de sí mismo, el desprecio del mundo, el amor al prójimo y el amor a Dios y, a las columnas que los sustentan, con cada uno de los pasos que conducen a esos difíciles logros,  mientras sus  bases se identifican con  la virtud de la paciencia..."Que todo lo alcanza" según nuestro refranero popular...tan sabio.
 




 Pero además los capiteles de sus columnas fueron esculpidos de forma que componen un libro de fácil lectura para seguir toda las historias bíblicas del Antiguo y del Nuevo testamento,







Mezclados con elementos vegetales, entrelazos de cesteria, animales fantásticos como dragones y grifos alados


Todo un  mundo fantástico para ir descubriendo despacio, mientras rodeamos los cuatros lados del claustro.


La naturaleza embellece el claustro -
El exterior de la Colegiata perdió sin duda parte de su encanto con las reformas que sufrió en los siglos XVII y XVIII y que afectó a su fachada principal a la que se añadió  un frontón y la logia superior de arcos...Pero toda su belleza, como hemos visto, sigue intacta en su interior...


Y desde luego no podemos alejarnos de Santillana, sin recorrer los dos kilómetros que nos separan de la Cueva de Altamira...Patrimonio de la Humanidad  desde 1985 y de cuyas pinturas dijo Picasso..."Después de Altamira todo es decadencia"... Han pasado 15.000 años desde que nuestros antepasados pintaron esta cueva...150 siglos nos separan... Ante eso podemos cambiar un poco la letra del tango y decir refiriéndonos a nuestra Era cristiana   "¡Qué 21 siglos no son nada!"






Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

3 comentarios:

Mercedes dijo...

Es increible María Rosa, cuántas maravillas nos descubres, desde ese importante claustro, deslumbrante de verdad, hasta curiosos museos como ese del Barquillero. Es una suerte, ¡cuántos tesoros tenemos en España! y tú nos lo cuentas.

MariaRosa dijo...

En este caluroso mes de agosto es una alegría encontrarte "como si estuviésemos paseando por el claustro de Santillana"...efectivamente uno de los muchos tesoros que tenemos. Mariarosa

MariaRosa dijo...

En este caluroso mes de agosto es una alegría encontrarte "como si estuviésemos paseando por el claustro de Santillana"...efectivamente uno de los muchos tesoros que tenemos. Mariarosa