domingo, 7 de agosto de 2016

Pioz y su castillo



Llegamos a Pioz desde Alcalá de Henares por el Alto del Gurugú y,  dejando atrás Anchuelo y Santorcaz, decimos adios a la Comunidad de Madrid y entramos en la de Castilla la Mancha, concretamente en la provincia de Guadalajara. 


Pioz essituado entre los valles del Henares y del Tajuña, en la comarca de la Alcarria, a 25 km. de Guadalajara y a 22 de Alcalá de Henares, y es una de las villas que reconquistó Alvar Fáñez Minaya, al servicio del rey Alfonso VI, en 1085.
 
Busto de Alvar Fáñez Minaya en el paseo de las Cruces de Guadalajara



 Pasaron varios siglos y la villa se vio enriquecida con un castillo con amplio foso defensivo, del que a duras penas se conservan, orgullosamente aún en pie, sus muros y torres exteriores, pero tristemente ruinoso su interior




 Leemos la única información que junto a él se encuentra...

  Castillo siglo XV.
Construído en el sigl XV por orden de D. Pedro González de Mendoza, cardenal de España y canciller de los Reyes Católicos, a imitación de otros castillos italianos. En él se combinan la estructura medieval y la arquitectura palaciega renacentista. Se trata de un castillo de llanura, situdo en medio de una meseta,  construído con piedra de silla caliza de la zona. De planta cuadrada, rodeado de una barbacana defensiva gruesa, rodeada por un podo, colmada por almenas y llena de saeteras, con tres torreones esquiners, una puerta principal, con puente levadizo y una poterna con una escalerilla estrecha y empinada en forma de zig zag.
El interior estuvo construído de forma palaciega, aunque su estado semiruinoso sólo conserva los cimientos y los basamentos de los distintos habitáculos  
 .

 

La silueta del castillo vista en la lejanía recuerda a otro castillo mandado construir por la familia de los Mendoza, en concreto por Diego Hurtado de Mendoza hermano del Cardenal en el pueblo de Manzanares el Real (en la cercana Comunidad de Madrid) en el último tercio del XV, pero que, afortunadamente, se ha conservado perfectamente.

El Cardenal Mendoza junto al Palacio del Infantado en Guadalajara

 Pedro González de Mendoza estaba totalmente enfrentado al  Arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña, señor de las tierras de Alcalá y de Santorcaz donde ocupaba una fortaleza muy notable y visible en lo alto de dicha villa, a tan sólo 4 kilómetros de Pioz, así que Mendoza  mandó levantar este castillo defensivo en 1460, en su posesión de Pioz (heredada de su padre, el famoso Marqués de Santillana,  que la había recibido del rey Juan II - padre de Isabel la Católica - en agradecimiento a su fidelidad y servicios prestados). 



El castillo fue construído por el maestro de obras Lorenzo Vázquez , que estuvo muchos años, al servicio de los Mendoza (en Guadalajara proyectó el palacio renacentista de don Antonio de Mendoza que aún podemos admirar y también el suntuoso palacio del propio Cardenal desaparecido en un incendio en el XVIII) y es claramente defensivo en su exterior, como puede observarse, entre otros detalles por sus grandes saeteras, llamadas de "cruz y orbe", (adecuadas tanto para arcabuces como para ballestas) palaciego en su interior...

venerables ruinas  en su interior

 No obstante el Cardenal no llegó a habitar en él pues decidió, en 1469,  cambiar este señorío de Pioz y su iniciado castillo por la villa toledana de Maqueda,con castillo y muralla ya construída, a don Álvar Gómez de Ciudad Realsecretario del rey Enrique IV de Castilla, que fue quien lo terminó a finales del siglo y cuyos herederos lo han mantenido hasta principios del XIX, en que fue vendido. A partir de ahí ha pasado por varias manos privadas que no le cuidaronsufriendo todas las inclemencias del tiempo y sobre todo los despojos de los hombres... hasta que lo adquirió recientemente  el ayuntamiento...


Puerta de acceso al interior del castillo en la que se advierten los huecos donde se sujetaba  la puerta de entrada

Otra entrada oculta al castillo 
  
La torre del Homenaje es cuadrada hacia el interior y redonda en su exterior. El último propietario particular del castillo vació todas las torres, incluída ésta y las convirtió en enormes palomares...

Se advierte el hueco donde se encontraba el dificil acceso por escalera de caracol a la torre

 Hay por todos los sitios montones de piedras, machacadas, abandonadas...






Causa tristeza comprobar su abandono, que se hace más evidente después de haber visto hace unos días la fortaleza, iglesia y muralla de Santorcaz...


Y nos alejamos deseando un improbable milagro de restauración o al menos de adecentamiento que le devuelvan parte de su dignidad...




Unos bonitos campos de girasoles nos despiden

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