lunes, 29 de agosto de 2016

Querétaro (y 2)

QUERÉTARO, UNA ALEGRE BELLEZA

 


Querétaro, con una larga y muchas veces dramática historia, como hemos visto en el anterior post, es una ciudad que transmite alegría... o al menos esa es la sensación que a mi me ha dejado...

 Si nada más llegar puedes tomarte un rico café  con tan simpático slogan, ya empieza a sumar puntos ...

"El amor...es...un CAFÉ a las 8,00 de la mañana"
 Y si mientras lo saboreas  contemplas como despierta la ciudad

Y vas viendo que todo es verdor y rincones apacibles y llenos de arte, pues entonces compruebas que has llegado a un sitio muy especial.

 con un precioso y original Quiosco de la Música rodeado de árboles en los jardines de la  Alameda de Hidalgo




 Y con edificios señoriales, convertidos en atractivos Hoteles de lujo, como el llamado "Casa de la Marquesa" que data de 1756 y que fue construído, para su esposa, por el Marqués de la Villa del Villar de Águila, como veremos más adelante,



 de luminoso exterior y espectacular interior

  

 Y monumentos, no sólo a personajes relevantes de su historia politica o militar sino también a este entrañable profesor del que una oportuna lápida dice lo siguiente: 





Profesor Eduardo Loarca Castillo 1922-2004. Hombre con un alto sentido de los valores humanos y una marcada sensibilidad hacia el pueblo queretano a sus tradiciones y costumbres.Generoso, caritativo, alegre y jovial, fue ante todo músico, compositor e interprete de las obras de sus maestros del Conservatorio Libre de Música Sacra, que tanta fama diera a Querétaro. Como profesor dio a centenares de alumnos la oportunidad de acercarse a la música y como verdadero guardián y promotor del patrimonio tangible e intangible de Querétaro, dejó a los queretanos el legado de sus crónicas dando vida a personajes tradicionales de diferentes épocas. H.Ayuntamiento 2012-2015    



 Lo cual dice mucho a favor de un pueblo, pues como dice un conocido refrán "ser agradecido es de bien nacido". 


El pueblo queretano a su insigne benefactor don Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa de Villar del Águila, erige este monumento en testimonio de gratitud. 1897
  y logicamente también hay un monumento a don Juan Antonio de Urrutia y Arana, que fue el que mandó construir, (además de la preciosa casa para su esposa que hemos visto) y en gran parte financió, un gran acueducto que se ha convertido en un símbolo de la ciudad.

  

Él había nacido en España, en 1670, en el pueblo de Llanteno (Álava) y muy joven vino a México llamado por su tío, Antonio Urrutia y Retes, otro español que había emigrado hacía unos años, y era Marqués de la Villa del Villar del Águila el cual, al no tener hijos, le había elegido a él para sucederle en sus títulos y hacienda. Más tarde, en 1699,  se casa con otra muy rica heredera, doña Mª Josefa Paula Guerrero Dávila Moctezuma y Fernández del Corral

En 1721, a petición de su esposa se trasladan a Quetaro, donde estaba una sobrina suya que era monja clarisa y donde se iba a fundar un convento de monjas capuchinas.
 
Aquí se mezcla una leyenda con la realidad. Cuentan que el marqués se enamoró de la monja clarisa, la cual se mantuvo fiel a su vocación pero solicitó del marqués la construcción de un acueducto que llevara agua limpia a la ciudad. 
El agua debía llegar desde un manantial a unos 10 kilómetros de la ciudad y el acueducto se construyó para salvar un valle que había antes de llegar a Querétaro. 



Se empezó a construir en 1726 y se concluyó en 1735. Tiene una longitud externa de 1.300 m. con 74 arcos con una altura media de 28,5 m. Pero la parte subterránea es de unos 5 km. 

La mampostería es de rocas volcánicas sin desbastar, con las aristas de piezas de cantera rosa labrada que la adornan. Se utilizo buena cal y arenas volcánicas, por lo que se ha conservado muy bien.
.

 El indicador de la derecha marca la dirección hacia el templo de la Cruz y Plaza Fundadores, donde estaban en su día las monjas capuchinas  y que fue el primer objeto de tan magna obra...que después surtió a todas las numerosas fuentes de la ciudad.




  ¿Y qué decir del templo de santa Rosa de Viterbo, situado en una tranquila plaza donde los árboles, y el agua de la fuente, invitan a un reparador reposo del cuerpo y de la mente?

 

  Lo que fue un humilde convento en 1670, se convirtió en un fastuoso templo por disposición del virrey don Juan de Acuña y sus obras duraron desde 1728 a 1752, 


 Su interior de riquísimo barroco nos deslumbra


  Cinco retablos barrocos cubren las paredes de su única  nave, 
 el púlpito es otra de sus bellezas, con incrustaciones de maderas preciosas, marfil, plata y carey.






Con los ojos llenos de tanta belleza nos vamos con nostalgia de Querétaro...


 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

7 comentarios:

María Ignacia dijo...

¡Cuánta belleza guarda Querétaro! ¡Y cuánta voluntad de crear belleza y dejar memoria!
Nos ofreces, Maríarosa, el maravilloso regalo de las escaleras en vertical y en horizontal, esa otra "escalera de vanos horizontales" con un solo peldaño para que pase el agua: el acueducto. Y la escalera oculta del púlpito, ¿Sabes que siempre he sentido una atracción por los púlpitos, lingüística, "poner paño al púlpito", y arquitectónica? Muchas, muchas gracias por compartir con nosotros experiencias taan valiosas. María Ignacia

MariaRosa dijo...

Me alegra mucho María Ignacia que te haya gustado esta mexicana ciudad de Queretaro tan llena de contrastes y con tanta historia, arte y belleza acumulada...la verdad es que los ojos no sabían donde mirar y la máquina quedó agotada la pobre...A mi tbien me llaman mucho la atención los púlpitos...

Anónimo dijo...

Después de algún tiempo de ausencia vuelvo a reencontrarme con el blog de MARIAROSA y como siempre terina uno al leerlo con ganas de salir correindo para visitar lugares tan maravillosamente descritos como esta ciudad de Querétaro en México. Avellaneda

MariaRosa dijo...

Pues me alegro de tu regreso Avellaneda y me agrada saber que te siguen dando ganas de salir corriendo para ver las cosas que cuento...y que en realidad son un pálido reflejo de lo bellas que son. Bienvenido

MariaRosa dijo...

Pues me alegro de tu regreso Avellaneda y me agrada saber que te siguen dando ganas de salir corriendo para ver las cosas que cuento...y que en realidad son un pálido reflejo de lo bellas que son. Bienvenido

Anónimo dijo...

... a través de tus textos e imágenes he vuelto a Querétaro...
Cómo me ha gustado regresar... y aprender.

Beso
Hildy

MariaRosa dijo...

Querida Hildy, me encanta encontrarte aquí y saber que has vuelto a Querétaro a través de los recuerdos del blog...
Pues aún tienes otro dedicado a Querétaro que creo te va a gustar también mucho.
Muchas gracias por todo.