Tambien en la famosa, entre las famosas, calle de las Sierpes (que en su origen fue uno de los brazos del Guadalquivir) cuyo nombre la leyenda atribuye a una enorme serpiente que, oculta en sus alcantarillas, salía de noche a devorar niños, encontramos como Cervantes recordó varias veces este lugar y su tremenda Cárcel Real, que él tuvo la desgracia de “visitar” y donde dicen que “nació” el Quijote
A esta cárcel se la llamó “Universidad de la picardía” y “Sucursal del infierno”, en ella estuvieron presos, además de Cervantes, Mateo Alemán, los escultores Juan Bautista Vázquez y Alonso Cano…
Concretamente estaba en Sierpes esquina Francisco Bruna y allí se encuentran dos menciones a ella: una, que apenas se lee, en la que se recuerda la prisión de Cervantes y dice “aquí se engendró para asombro y delicia del mundo el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” y otra, un azulejo, reproducción de un cuadro de Gonzalo Bilbao evocándola, y que se puso cuando el Banco Hispano Americano ocupó este esquinazo.
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