Se acerca el fin de semana y se busca huir de las ciudades… pero en muchas ocasiones no hace falta alejarse de ellas para disfrutar de cosas bellas… y eso pasa en Madrid donde es una delicia recorrer, en cualquier época del año, pero muy bonito en primavera,
el Parque del Capricho donde se cuenta que pintó Goya y murió de amor un duque de Osuna
Esta magnífica finca ya se describía en 1846 como, “una de las posesiones más hermosas y magníficas que hay en España y la única quizá que puede competir con los Reales Sitios”. Fue creada a finales del siglo XVIII, por el impulso de una mujer de gran personalidad, María Josefa Alfonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, casada con el IX duque de Osuna, Don Pedro de Alcántara Téllez de Girón.
En el Madrid de aquella época, dos mujeres de distinto temperamento, pero similar rango social, marcaban las pautas de la moda en sus brillantes tertulias, sus mecenazgos culturales y sus brillantes y envidiadas fiestas: la condesa-duquesa de Benavente y la duquesa de Alba. El pintor Don Francisco de Goya, fue amigo y protegido de ambas y las retrató con simpatía y familiaridad e hizo cuadros para decorar sus palacios y posesiones.
Traspasada su entrada, precedida de una hermosa alameda (que ha prestado su nombre al barrio que la alberga: la Alameda de Osuna), todo es una pura sorpresa… una Plaza llamada de los Emperadores,
nos conduce ante el Palacio de clásica fachada (aún no visitable)
y muy cerca del mismo, al final de un camino ascendente, vemos el precioso templete descubierto, de planta circular, con doce columnas rodeando la estatua en mármol del dios Baco. Siguiendo el canal, que recorrían engalanadas barcas en las espléndidas fiestas nocturnas que allí se celebraban,
llegamos al gran estanque con dos frondosas islas que emergen en su centro
y al bello embarcadero construido con cañas y con pinturas interiores.
De vez en cuando, vemos pequeñas ermitas y casitas, como de cuento, que se llaman de la Vieja, del Ermitaño,
y nos sorprende una columna a Saturno, o los restos de lo que fue Gran Casino o Salón de Baile...
Los sábados, domingos y festivos, durante todo el día existe la oportunidad de recorrer este parque que, efectivamente, es un verdadero “Capricho”. Se encuentra situado entre las Avenidas de Logroño y de la Alameda y está a cinco minutos de la estación de Metro de “El Capricho” en la línea 5 y el autobús 105, desde el Metro de Canillejas, son los transporte urbanos más aconsejables.
Hay que agradecer, profundamente, a las Asociaciones de Vecinos de la zona, la lucha que mantuvieron para vencer la gran amenaza que se cernía sobre toda esta belleza, por la especulación del suelo, consiguiendo finalmente salvarla para todos los ciudadanos. El 12 de Diciembre de 1975 lo adquirió el Ayuntamiento de Madrid que lo restauró y abrió al público, aunque aún sigue el proceso de restauración y rehabilitación de este "Capricho".
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