viernes, 30 de mayo de 2008

La alegría del agua en Tudanca y Soncillo


Seguimos viaje por este Paraíso burgalés y tras la visita a lo que fue gran Monasterio de Santa María de Rioseco, nos vamos a un verde y delicioso lugar llamado Tudanca de Ebro. (Hay otro Tudanca inolvidable, el de "Peñas Arriba" de Pereda, en la cercana Cantabria)


Este Tudanca se sitúa a la entrada del Desfiladero de los Tornos, un cañón, como tantos otros, abierto por la fuerza impetuosa del Ebro... Pero aquí, en Tudanca, el río está sereno, invita al paseo tranquilo por sus orillas, a tumbarse junto a él, para oír su música; es un lugar idílico, encantador...


Y desde aquí nos vamos a otro hermoso lugar: el pueblo de Soncillo, capital del valle de Valdebezana. Un pueblo de recia plaza mayor, con notable ayuntamiento, galerías acristaladas y los clásicos soportales norteños.

En las afueras, dirección Bilbao, un viejo molino se ha convertido en casa rural con el bello nombre de "El Molino de la Luna" (telef. 947 153 128)

Precisamente nosotros llegamos en un día de fiesta, el 26 de abril, aunque las fiestas tradicionales de Soncillo son en octubre, cuando numerosos ganaderos del norte acuden a las Ferias de san Lucas

A 4 km. de Soncillo, en el pequeño enclave de Villabáscones de Bezana, parte un sendero junto a la sencilla iglesia románica

A partir de ahí tomamos un mágico sendero ... El escritor Enrique del Rivero lo describe así: "En el valle de Valdebezana, en plena comarca de las Merindades, se localiza uno de los enclaves paisajísticos más espectaculares y desconocidos de Burgos; la cascada de Las Pisas. Envuelta por la umbría de un maravilloso bosque encantado


en el que junto a las hayas crecen robles, avellanos y acebos, se descubre una sucesión de escalonadas cascadas por las que se precipitan impetuosas las aguas del río Gándara..."




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Agua, hayas, robles, avellanos y acebos... me quedo con estas imágenes, tan refrescantes y esponjosas. La autora siempre nos descubre, y nos hace partícipes, esos rincones de nuestro propio territorio. Pero el turismo de consumo no va por estos bellos lares; se conoce que el mercado turístico, culto, es minoritario, y no es rentable para quienes gobiernan ese motor de nuestra economía. En sus fotos, afortunada autora, no refleja el "chunda-chunda" que tanto gusta ofrecer a nuestros mercaderes de ocio. Y sin embaro, qué emocionantes rincones de nuestro país, con tantísimas glosas históricas, donde los siglos se recuestan unos encima de otros, duermen su pasado esplendor. Y nuestra curiosa guía, sin molestar, sin despertarlos tan siquiera, les capta un instante, unos segundos de su bella naturaleza, para enviarnos por esta red de moderna comunicación el recuerdo de ese paisaje actual o pasado histórico... cuyo olvido es un pecado presente de nuestra mareante actualidad. P.M.O.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con P.M.O.
De todas formas, muchos lugares han pagado cara su fama...en cambio, otros ganan belleza con su soledad.