domingo, 21 de julio de 2013

VERSALLES: RECUERDOS DE ESPAÑA EN PARÍS


Estuve el pasado mayo en París y mientras admiraba esta ciudad maravillosa, encontré algunas huellas de la relación que historicamente hemos mantenido con Francia a través de los siglos.

Palacio de Versalles

Por ejemplo, al visitar Versalles - ese Palacio en el que tanto añoras lo estupendo que sería que te dejaran recorrerle solo o minimamente acompañado - me fijé en un cuadro...  pero precisamente porque no me gustaba (con todos mis respetos al pintor Simon Renard de Saint André)  y me acerqué para ver que personajes representaba...



La cartela, traducida al castellano, no tiene desperdicio y dice lo siguiente: 



"Anna de Austria (1601-1666), María Teresa de Austria (1638-1683) con el Delfin. Este retrato doble es el de dos infantes (sic) españoles (sic) y reinas de Francia. María Teresa, esposa de Luis XIV presenta el Delfin, nacido en noviembre de 1661. La pintura recorda (sic) la iconografía de la Santísima Familia, donde el Delfín interpreta el papel de Cristo, María Teresa el de la Santisima Virgen y Anna de Austria el de santa Ana".

Es decir, que se trata de las dos infantas españolas, tía y sobrina además,  que llegaron a ser reinas de Francia. Una de ellas, Ana,  fue la madre de ese Rey que tanto se esmeró en brillar que  le llamaron el Rey Sol...Luis XIV.  Y la otra, María Teresa, fue su esposa...El niño que ella sostiene en brazos era el nuevo Delfin...que nunca llegó a reinar porque murió en 1711, cuatro años antes que su padre, el incombustible Rey Sol que lo hizo en 1715 con 77 años y 72 reinando...

Dicen que en su nacimiento un horóscopo avisó al Delfín que sería "hijo de un rey y padre de un rey, pero nunca rey"...Y así fue...porque hijo del Rey Sol  fue  padre de Felipe de Anjou que vino a España al empezar el siglo XVIII como el primer rey Borbón con el nombre de Felipe V...


                          

Nacida en Valladolid en 1601 Ana fue enviada,  con 13 años, a Francia para casarse con Luis, el hijo y heredero del rey francés Enrique IV (el de la famosa frase "París bien vale una MIsa") y de María de Médicis... (A la vez,  otra princesa francesa, hija de estos mismos reyes, llamada Isabel de Borbón, era enviada a España para casar con Felipe el hermano de Ana, heredero del trono y futuro Felipe IV "El Rey Planeta"...)

Le tocó a Ana un marido, Luis XIII, muy dificil; le tocó una suegra muy complicada, Maria de Médicis y un Cardenal para echarse a temblar:  el Cardenal Richelieu.

Hasta los 23 años de casada, en 1638,  no logró el ansiado hijo varón, "El Delfín",  Luis XIV,  que fue su triunfo de reina y que ella supo defender con inteligencia,  tras quedarse viuda en 1643, sorteando las dificultades y trabas que surgieron en su camino, hasta lograr que Luis XIV reinara y se casara con su prima hermana, María Teresa, infanta española hija de sus tios el rey Felipe IV  e Isabel de Borbón.

Palacio de Versalles
La reina Ana, de la que en el cuadro de Versalles se dice que es como si fuese Santa Ana (¡¡no salgo de mi asombro!!) pasó del mundo de la Historia, donde tuvo un destacado papel, al de la novela que la hizo inmortal...Alejandro Dumas, casi doscientos cincuenta años después de su nacimiento, la hizo protagonista de un espinoso suceso que, seguramente, tiene algo de real pero que se convertió  en uno de ficción total, como sucede en las buenas novelas, y que fue brillantemente resuelto, con gran enfado del Cardenal Richelieu, por los Tres Mosqueteros los cuales, en realidad, eran cuatro: Porthos, Aramis, Athos y D´Artagnan.


 File:La infanta María Teresa, by Diego Velázquez.jpg


María Teresa (nacida en San Lorenzo de El Escorial) en cambio ha pasado silenciosa y casi inadvertida por la Historia y si algún recuerdo tenemos de ella se debe al genial pincel de  Velázquez. Fue una  dulce joven que perdió muy niña a su madre y convivió varios años con su padre y su "madrastra" Mariana de Austria, que tenía 13 años (tres mas que ella) cuando vino a casarse con Felipe IV... A los 22  años se concertó su matrimonio con Luis XIV de Francia de su misma edad...ella acudió ilusionada al encuentro de su prometido, en la Isla de los Faisanes...Pero nada salió como ella se había imaginado...Es cierto que era la esposa del Rey más brillante de la época...Es cierto que vivió con él en el grandioso Versalles...Y que logró un hijo varón "El Delfín"... Pero no hubo amor en su vida, sólo fue una pieza más del gran teatro y el gran decorado de Versalles en la fabulosa Corte del Rey Sol.



File:Traite-Pyrenees.jpg
Entrevista de Luis XIV de Francia y Felipe IV de España en la Isla de los Faisanes en 1659. Detrás de Felipe IV su hija Ana futura reina de Francia. Autor, Laumosnier. En el Museo de Tessé (Le Mans)


Las reinas de Francia contemplan los Jardines de Luxemburgo
 En los Jardines de Luxemburgo de París, unas blancas estatuas evocan a muchas de las reinas de Francia. Encontramos a Ana de Austria.. pero no a María Teresa


"Anne D´Austriche,  Reine de France (1601-1666)"
Tampoco aparecen casi ninguna de las diez reinas consortes españolas que según el libro de Emilio Beladiez, titulado "Españolas reinas de Francia" (Editorial Prensa Española en 1979), ocuparon su trono, y que van desde la princesa visigoda deToledo Brunequilda (s. VI) a Eugenia de Montijo (s.XIX), pasando por Constanza de Castilla (s. XII) , Blanca de Castilla (s. XIII. Madre de San Luis IX Rey de Francia),  Isabel de Aragón (s. XIII), Juana de Navarra (s. XIII), Blanca de Navarra (s. XIV), Leonor de Habsburgo (s. XVI), y Ana y María Teresa Austria (s. XVII).


 El gran autor Antonio Buero Vallejo escribió una obra de teatro titulada "Las Meninas" en la que todos los personajes del cuadro toman voz...pero también otros que no aparecen, pero formaron parte de la historia que se tejía mientras Velázquez pintaba, entre ellos la Infanta María Teresa.

Un buen libro sobre Ana de Austria es el que publicó en 2009 el Centro de Estudios Europa Hispánica, con una serie de estudios sobre la reina, coordinados por  Chantall Grell que escribe el titulado "Ana de Austria y sus jueces", en la que se contempla como ha sido vista la imagen de la reina a través de los siglos.

Y por supuesto volver a leer los Tres Mosqueteros y dejarnos llevar por la ficción siempre es un gran placer

Nota.- Agradezco a mi amiga Irina la buena foto que me ha enviado de la escultura de la reina Ana de Austria que yo no pude encontrar. 

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.





































































































































































1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Y ahora Francia! Nada se le resiste a Mariarosa. Una capacidad de mirar y ver, combinada sabiamente con una rigurosa investigación poco común. Y ese Versalles que se me escapó en mi única visita a París.