Pues hoy 15 de mayo son las fiestas del patrono de Madrid y decidimos vivirlas un poco de cerca. No en la Pradera y bebiendo de la fuente del Santo en su Ermita, sino en otro lugar de Madrid donde su presencia cotidiana fue habitual, en el lejanísimo siglo XI, cuando Isidro era un vecino más de Madrid, un humilde pocero y agricultor al servicio de la poderosa familia de Los Vargas.
Por la calle del Almendro, junto a la Plaza del Humilladero vamos buscando sus huellas
Y empapándonos de su historia
Y hemos tenido la suerte de visitar un íntimo espacio, que sólo se abre una vez al año en esta fecha, y que era el lugar donde estaba la cuadra de la casa de los Vargas, donde Isidro pasó muchas horas de su jornada de trabajo.
Los Vargas, que fueron de los primeros en reconocer la santidad de Isidro, tomaron la decisión, pasados los siglos, de consagrar aquí un Oratorio, sobre el que alzaron otros edificios, como la casa de pisos que vemos hoy, pero siempre en posesión dela familia... Precisamente hoy estaba allí la última descendiente de don Iván de Vargas... aquel que vio admirado como los ángeles araban mientras Isidro rezaba sus oraciones...Hemos admirado el exterior de la esbelta Capilla de San Isidro, con su soberbia cúpula octogonal,
construida en la parroquia de san Andrés, para darle enterramiento fastuoso, tras su canonización en la primavera de 1622. Esta lujosa capilla fue financiada por el Rey Felipe IV, el ayuntamiento de Madrid y los virreyes de México y Perú... Fue incendiada en la guerra civil y su inteligente rehabilitación es digna de visitarse.
También nos paramos ante la airosa torre mudéjar, de mediados siglo XIV, de lo más antiguo de Madrid, perteneciente a la iglesia de San Pedro el Viejo cuya primitiva fábrica, en este mismo lugar, conoció Isidro. Esta torre, con campanario, era la más alta de Madrid y los agricultores pagaban a un campanero para que les avisara de la llegada de las tormentas o nublos... por esta causa se la conocía como "torre del Nublo".
También nos paramos ante la airosa torre mudéjar, de mediados siglo XIV, de lo más antiguo de Madrid, perteneciente a la iglesia de San Pedro el Viejo cuya primitiva fábrica, en este mismo lugar, conoció Isidro. Esta torre, con campanario, era la más alta de Madrid y los agricultores pagaban a un campanero para que les avisara de la llegada de las tormentas o nublos... por esta causa se la conocía como "torre del Nublo".
En la contigua plaza de la Paja, a espaldas de san Andrés, se encuentra actualmente en obras de rehabilitación su desconocida y fabulosa capilla del Obispo, que fue donde los Vargas enterraron a san Isidro en 1535 y posteriormente sirvió de enterramiento a su promotor, un Vargas Arzobispo de Palencia. Actualmente es de la familia Alba, tiene un magnífico retablo de Giralte y tres enterramientos de alabastro de lo mejor de Castilla.
Todo está lleno de recuerdos de la historia de Madrid, en estas calles y plazas encantadoras.
Frente a la Capilla del Obispo hemos entrado al recoleto y romántico jardín de lo que fue el Palacio de Pedro de Alcántara Tellez-Girón y Pimentel, Príncipe de Anglona y marqués de Javalquinto, XI Duque de Osuna y segundo hijo de la condesa-duquesa de Benavente...La que creó el Parque del Capricho que visitábamos el otro día
desde el jardín lleno de umbrías y rosas
se vislumbra un Madrid diferente que nos gusta mucho...
Con sus bonitas casas y la cúpula de la Catedral de la Almudena al fondo
Y a su lado la del Santísimo Sacramento.
2 comentarios:
Madrid, Madrid, Madrid... se nota que la autora del reportaje isidril es madrileña hasta la cachas. Desde luego, esa zona del Madrid de los Austrias es uno de mis rincones matritenses preferidos. Siempre que vuelve uno, encuentra detalle nuevos. Las fotografías de María Rosa, una vez más, excelentes. Y como flotando en sus imagenes, ese ambiente castellano, ese antiguo sabor de poblachón manchego que hemos heredado de nuestros mayores, los ha reflejado la autora en esas preciosas fotos de los tejados que todavía existen en Madrid; tejas que heredamos antes todavía de los árabes, tal como nos ha quedado la torre mudejar de San Pedro el Viejo. Y nombres indisolubles para quienes amamos a Madrid: Puerta de Moros, San Andrés, San Isidro, Plaza de la Paja, calle de Segovia, del Nuncio; y las Cavas, alta y baja, como muestra de los fosos que ceñían -por Puerta Cerrada- las murallas o tapias de Madrid. ¡Olé que sí!....
Que gran artículo, muchas gracias, creo que algunos de los sitios de los que has hablado he pasado yo haciendo una ruta.
Sobre la Ermita de San Isidro, un lugar que hay que visitar al menos una vez en la vida para admirarlo... he visto esta web que tiene buena información, y encima puedes completarla tu tranquilamente.
Echale un ojillo, cuando puedas.
Gracias por la info
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