miércoles, 15 de agosto de 2012

La Gomera con amor

Mapa de La Gomera
LA GOMERA. UNA REDONDA ISLA DE LAURISILVAS Y ROQUES GIGANTES

Sigo con todo interés y dolor las noticias de los incendios que este verano abrasan y destruyen la tierra en tantos lugares de España y destrozan la vida y los hogares de tanta gente. Me parece algo terrible. Y el de La Gomera, además, me emociona especialmente, porque recuerdo los preciosos días que allí pasé en 1998 y las grandes sorpresas que nos deparó la isla.

Como un sueño en la noche

Por eso he escaneado algunas de las fotos que allí hicimos y rescato los apuntes que siempre hago después de un viaje.

El Valle del Gran Rey desde el Mirador de César Manrique

 En el Puerto del Valle Gran Rey, de espectacular llegada,  al oeste de la isla, fondean los barcos que recorren el litoral hasta el extremo norte para  enfrentarse al impresionante acantilado donde el viento y el agua han esculpido un Órgano para que en él toquen los gigantes.

La travesía te descubre una costa prodigiosa


El prodigioso Órgano

Casi lo podíamos tocar...


Cuando el barco avista el insólito lugar y sus altavoces trasmiten la tocata y fuga de Bach,  la vibrante música, envuelta en el fragor del mar contra la roca, hace el momento inolvidable.


Vallehermoso

Vallehermoso

Al norte también está el bonito pueblo de Vallehermoso, al pie del Roque Cano,  uno de los muchos gigantes de roca surgidos de las entrañas de la tierra gomera hace miles de años, cuando los erupciones volcánicas iluminaban en la oscura soledad del océano toda la pequeña y redonda isla.

La laurisilva es un bosque formado por una gran variedad de árboles de hoja perenne que necesitan elevada humedad y temperaturas suaves

Y en el corazón, en el centro de sus 378 metros cuadrados, la Gomera contiene un tesoro directamente conservado desde el origen del tiempo, árboles de vegetación perennne y prehistórica, mágicamente regados por las nieblas que, como cendales de bruma, se enganchan en las ramas de los bosques de laurisilvas. Estamos en el Parque Nacional de Garajonay, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Arriba el Roque de Agando, abajo vista general


 Entre la exuberante vegetación se alzan los poderosos Roques, de Agando, de Ojilá y de la Zarcita a los que podemos contemplar desde el Mirador del Bailadero. Muy cerca, desde la grandiosa cumbre de Tajaqué, podemos extasiarnos ante los bosques de laurisilvas despeñándose por las vertiginosas laderas y ante los umbríos y misteriosos valles que corren hacia el mar. En los días claros, el majestuoso Teide de la vecina isla de Tenerife, se ve nacer directamente entre sus olas.

La preciosa flor de Pascua que todo lo alegra

Cerca, en Agulo, en el Restaurante La Zula, quizá podamos oír el famoso silbo, la ancestral forma de comunicarse los gomeros, para salvar las enormes distancias entre los riscos separados por los profundos valles de esta isla, cuyo nombre, es fruto de una leyenda que nos transporta a los tiempos bíblicos, a un nieto de Noé que se llamaba Gomer.
La Virgen por el Valle del Gran Rey

Los gomeros son conscientes de la original belleza de su isla y así cada cinco años se la enseñan a su Virgen de Guadalupe, patrona de todos, que habitualmente habita en una pequeña Ermita en Punta Llana, cerca de la capital... “Allí está la Gomerita muy solita y rodeada de mar”,  la cantan con gran cariño a su paso por los pueblos en las entrañables fiestas lustrales.


Cuando Cristóbal Colón emprendió su viaje hacia lo desconocido, recaló en la bahía de San Sebastián,  capital de la isla,  dicen que no tanto por abastecer sus naves, como por estar unas horas con doña Beatriz de Boadilla, apasionante y sin duda apasionada mujer que tuvo en jaque hasta al mismísimo Fernando el Católico. En el Parador de Turismo, aupado estratégicamente sobre la ciudad, podemos contemplar en un cuadro a doña Beatriz y comprobar su altiva belleza.

Y no debemos irnos de la isla sin tomar el típico potaje de berros servido en platos de madera de sabina, y la papaya con naranja o el especial queso de cabra  a partir del cual se prepara la picante pero deliciosa pasta llamada almogrote o la exquisita miel de palma.

Hay lugares tan bellos que a veces puedes creer que estás en el País de Oz...

Se reciben tantas y tan estimulantes impresiones visitando la isla  que es muy difícil olvidarla una vez conocida...Por eso deseo de corazón a los gomeros que cese ya el fuego, que no se destruya mas belleza y que puedan rehacerse y recuperar la normalidad de sus vidas.


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons











































2 comentarios:

Mercedes dijo...

Sí, es terrible, tiene que ser terrible.
Muy bonito recuerdo el tuyo para esta isla tan bella que está viviendo tiempos difíciles.

PEPE LASALA dijo...

Gran homenaje a La Gomera y precioso blog. Lo acabo de conocer y me ha encantado, así que con permiso, me he registrado como seguidor. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/