lunes, 19 de febrero de 2007

León. Dos días en mayo de 2006. (1ª parte)


salimos desde Madrid rumbo a León y por la N-120 llegamos al Santuario de la Virgen del Camino… justo enfrente vemos un hostal ("El Central") con buena pinta para comer y eso hacemos pues es la hora justa y el momento adecuado…Una rica y moderada comida nos deja el ánimo muy elevado para cruzar la carretera y visitar el Santuario de la Virgen del Camino, realmente la imagen de una doliente virgen de las Angustias o Piedad que se identificaría perfectamente con el dolor de los peregrinos que acudían a Santiago bajo el peso de sus pecados o de sus problemas…


Su fachada moderna impacta con la fuerza de su austero apostolado rodeando a María, del gran escultor Subirach (el mismo que está continuando la Sagrada Familia de Gaudí)

y al entrar te impresiona la luz que se derrama, desde el elevado y oculto lucernario, sobre el gran retablo barroco del Altar Mayor que enmarca a la pequeña imagen de la virgen (de principios del XVI)…

Lo vemos todo con calma, el Cristo del Camarín, inspirado en el Salmo 21 de David donde se le atribuye figura de gusano y no de hombre y donde se dice que sus huesos saliéndose de su carne se podían contar… Luego está la piadosa leyenda del pastor y la piedra de su honda que la virgen guió hacia el lugar donde quería su iglesia… Y de remate, la austera torre del campanario de 53 metros de altura a cuyo pie está el ara del altar y una gran explanada de verde césped cuajada de cruces para el Viacrucis (cuya última estación es el citado campanario), pero que hoy es un agradable parque donde varios jóvenes juegan o reposan…


Y nosotros ya muy bien relacionados con León, nos vamos rumbo a la ciudad, guiados por un ángel de la guarda disfrazado de joven conductor que nos deja en la salida de Oviedo-Pajares, que coincide con la de la Universidad, y que luego nos envía a una "ángela" conductora que nos deposita en la misma puerta del Hotel HUSA Campus San Mamés… nuevo, claro y luminoso que nos encanta. La habitación 107 nos cobija y, rápidamente, nos vamos plano en mano, y con las sabias indicaciones de la recepcionista, camino de la Catedral, a la que llegamos tranquilamente en 15 minutos, por la calle de los Cubos, los cubos de las murallas que nunca antes habíamos visto, en la parte posterior de la Catedral…

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