Martes día 2 de febrero 2007
Cuando llega la hora de comer en Torrijos vemos que hay muchos y buenos restaurantes para escoger…así que después de comer tranquilos iniciamos el regreso a Madrid, pero apenas a los 5 kilómetros llegamos al pueblo de Val de Santo Domingo (aquí en una humilde casa de peones camineros nació el gran ciclista Bahamontes) y nos desviamos a la izquierda para subir, por una recta carretera, hasta la Ermita de Santa Ana (ver fotos superiores), toda pintada de amarillo (y actualmente en obras de reparación) que está en lo alto de un cerro donde, al parecer, se situó un castillo templario. Es un lugar muy ameno, y se contempla un extensísimo espacio…incluso en días claros dicen que se ve la Sierra de Gredos… hoy no es el caso, pero ha merecido la pena subir.
Regresamos por la carretera de Extremadura (ver plano al final) de forma que se acorta la llegada a Madrid…evitando su gran atasco por las enormes obras de la M-30…
A las 5 y media estamos en Madrid, hemos hecho 230 kilómetros muy, pero que muy, interesantes...Quizá lo que más se me ha quedado en el recuerdo es la bella imagen del castillo de Escalona, enclavado en escarpada ladera a unos 40 metros sobre el rio Alberche, desde el gran puente de los once ojos que lo cruza...(Ver foto inferior)
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